Confieso que, como colombiano, nada sería más satisfactorio que - TopicsExpress



          

Confieso que, como colombiano, nada sería más satisfactorio que poder resaltar los grandes logros del Gobierno. Al fin de cuentas, a todos nos va bien cuando las administraciones nacionales son exitosas, convocantes y eficaces. Desafortunadamente, no es eso lo que sucede con la actual. Las encuestas muestran un alto grado de insatisfacción, lo cual refleja el sentimiento colectivo que existe en las distintas regiones de nuestro país. No hay zona que se visite en el que los ciudadanos dejen de expresar su preocupación por el deterioro de la seguridad, la incomprensión y rechazo a que se converse en La Habana al mismo tiempo que las Farc hacen terrorismo, la pérdida de rentabilidad del sector agropecuario y las dificultades de la industria. Esa es la realidad, las cosas van mal. A pesar de que todos queremos la paz, es imposible guardar silencio acerca de los pecados originales de un proceso que, en las condiciones de hoy, en lugar de acercarnos, nos aleja de ella. Tampoco puede hacerse caso omiso de los efectos del mal manejo gubernamental del proyecto de reforma de la educación superior, que obligó a que se retirara la iniciativa, debido a la protesta pacífica de muchos estudiantes. Y cómo no recordar la gravedad del impacto que produjo en el país el trámite de la fracasada reforma a la justicia. A raíz de la cadena de errores que se cometieron, los tres poderes cayeron a los más bajos niveles de apoyo en la opinión de los que se tenga noticia en la vida institucional de Colombia. En la práctica, se llegó a un grado de rechazo a todos ellos, simultáneamente, que originó, a los ojos de la ciudadanía,un tinte de ilegitimidad alarmante. No es menor, tampoco, lo que está sucediendo ahora con el trámite de la reforma a la salud. Si el presidente Santos insiste en el texto de la ley ordinaria que está a la consideración del Congreso, en lugar de garantizar los avances y corregir las deficiencias del sistema, lo llevará a un escenario de burocratización e ineficiencia mucho más delicado. El ritmo de todas las locomotoras ha sido muy lento, y algunas de ellas ni siquiera arrancaron. El impulso a la investigación, la ciencia y la tecnología no ha dejado de ser apenas un discurso oficial, el mejoramiento de la infraestructura todavía no se traduce en proyectos ejecutados para mejorar la competitividad del país, y la situación de la agricultura se refleja en las manifestaciones de protesta de diversos sectores. En fin, lamentablemente –y repito que, como colombiano, preferiría decir otra cosa– no veo nada que pueda aplaudirse con entusiasmo al hacer el balance de estos tres años del Gobierno Santos, que ya se acerca a su final. Todos estos temas serán debatidos en el curso del proceso electoral que se inicia. Y está bien que sea así, Colombia necesita alternativas democráticas. Carlos Holmes Trujillo García Exministro - Exembajador carlosholmestrujillog@gmail
Posted on: Tue, 06 Aug 2013 21:53:53 +0000

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