Contra lo que a primera vista pudiera parecer, la ficción teatral - TopicsExpress



          

Contra lo que a primera vista pudiera parecer, la ficción teatral no es sólo cosa del hombre, sino que prácticamente lo practican todas las especies vivas. Por empezar por las vegetales, vemos que muchas de ellas disponen de unos mecanismos muy sofisticados para conseguir algo que les es vital: la expansión de su descendencia. Ante la imposibilidad de desplazarse cada individuo, han inventado un mecanismo con el que engañan a ciertos animales: rodean las semillas de una sustancia apetitosa para que se las coman y después las depositen en lugares distantes. Un ejemplo asombroso es el de las flores. Éstas son órganos del vegetal que se revisten de una singular hermosura visual, también exhalan una fragancia y hasta un néctar que las hacen muy atractivas para ciertos insectos, mas no para que se deleiten, sino para que faciliten la polinización. Pero aún hay flores con una malicia mayor, las de las plantas carnívoras, que emiten una sustancia que atrae a ciertos insectos, que incautamente entran en ellas, y acaban siendo atrapadas y devoradas sin piedad. En lo que se refiere a los animales, la representación teatral es mucho más sofisticada, también se puede decir mucho más cruel a veces, sobre todo la que se da entre especies diferentes, que raramente es un intercambio de favores. Entre los recursos más teatrales de los animales suele estar el camuflaje, practicándolo algunos de una forma tan sofisticada como el conocido mimetismo, es decir, tomando su piel el color del ambiente en que se encuentra para pasar inadvertidos por los animales a los que pretenden cazar o de los que pretenden librarse. Éstas son las malas artes del camaleón, por ejemplo. Formas de teatralidad más o menos sofisticadas las ejercen todos los animales que necesitan cazar para vivir. La leona se acerca cautelosamente escondiéndose entre la maleza. Llama la atención el bonito traje rayado que lucen las cebras, que no es otra cosa que el disfraz para pasar inadvertidas en el claro de un bosque o en la sabana. Entre los ejemplos más asombrosos de teatralidad en busca de la seguridad, en este caso para la prole, nos lo ofrece un ave tan pequeña como el chorlito. Ante la presencia de un zorro, por ejemplo, que se acerca al lugar donde está el nido con los huevos o con la prole, este ingenioso animal hace una exhibición de vuelo fingiendo que está herido, con lo que consigue atraerlo hacia sí y alejarlo del nido.
Posted on: Sun, 04 Aug 2013 22:13:25 +0000

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