Crónicas de una letra minúscula. 12. - No habrás visto las mis - TopicsExpress



          

Crónicas de una letra minúscula. 12. - No habrás visto las mis gallinicas Fueron mi tío José Luis, Paco Cantamisa, Juan Antonio, Teógenes y posiblemente alguno más de la cuadrilla, tendrían 16 o 18 años, resulta y sucede que Obdúlia que vivía en la carretera de Zamora, enfrente de la casa del cura(Don Apolinar), en una casa más bien pequeña, que creo que no tenía ni corral, o si lo tenía era ínfimo, tenía dos o tres gallinas, sueltas por la calle, costumbre normal en aquellos tiempos. A eso de las nueve y pico de la noche se presenta Paco con una capa cerrada hasta el cuello, en casa de mi abuelo, que vivía enfrente de la cruz de los caídos, donde he vivido yo siempre, entra en casa, y allí estaban mis abuelos Pepa y Asterio y mi tía Ignacia terminando de cenar al lado de la lumbre, lo ven tan abrigado, que le dicen…. - ¡Quítate el gabán hombre! y arrímate a la lumbre. Y Paco dice –no me lo quito que he debido de coger frío y estoy como “destemplao”. - Pues echa otro manojo a la lumbre, muchacha, dijo mi abuelo. Y como le insistían, pues no le quedaba más remedio que arrimarse a la lumbre, pero no se quitaba el gabán ¡Sudaba! En esto que terminan de cenar mis abuelos Asterio y Pepa, como eran de ideas de a las diez en tu cama estés, se fueron a cama. Entonces Paco se separa de la lumbre, se quita la capa, sacando las gallinas que llevaba escondidas y le dice a mi tía Ignacia que se las tiene que preparar para cenarlas. Se ponen manos a la obra, las ponen en agua hirviendo para pelarlas, van echando las plumas al fuego de la lumbre, preparándose de pronto un olor a chamusquina, que le llega al olfato de mi abuelo Asterio en la cama. Y dice desde ésta: - ¡Pero que andáis preparando muchachos, que vais a prender fuego! - Nada, nada, que hemos echado unos trapos sucios a la lumbre, ya no echamos más. Recogen las plumas que quedan por arder y las entierran en el” mudadal” debajo del estiércol que había en el corral. Limpieza de las aves, guiso y cena toda la cuadrilla. Al día siguiente Obdúlia, casa por casa la pobre, preguntando por sus gallinicas, llega a casa de mi abuelo, entrando hasta el corral, donde estaba el tal “mudadal” que entonces también se utilizaba para acumular los desperdicios y el estiércol del ganado, y le pregunta a mi tía. - Inacita maja, no habrás visto las mis gallinicas, que desde ayer por la tarde al obscurecer que no las veo, ¿donde andarán? - Pues no Obdulia, no(y pensaba para sus adentros, si supieras que estas pisando el estiércol donde están enterradas parte de las plumicas de tus gallinicas). Y así sin más, terminó la historia de “ las mis gallinicas”, las de Obdulia claro. ************************************************ -" ¿Dónde estaría la chimenea en esta casa?". Poli, mirando una capa de hollín que parecía un cura en un montón de nieve (Heli). Y como dejé a mi primo Angelito en paz. Por eso que si decían que si Albert Einstein había dicho………. “Que es más fácil destruir un átomo que un prejuicio” Salud.
Posted on: Fri, 06 Sep 2013 12:06:53 +0000

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