Cómo es la vida en las colonias judías de Cisjordania: Hasta la - TopicsExpress



          

Cómo es la vida en las colonias judías de Cisjordania: Hasta la Intifada, convivíamos y luego nos separamos; ahora nos tememos Tamar, una joven educadora de Binyamin, y Dina, que nació en México y se fue a Eli, cuentan a Tiempo Argentino sus esperanzas y los temores a lo que pueda ocurrir si deben abandonar un territorio al que consideran suyo. Por: María Sucarrat Entre Judea y Samaria, las regiones que conforman la Cisjordania, hay seis consejos regionales, una docena de municipios, cuatro ciudades y 370 mil habitantes, dispersos en 150 asentamientos. Un tercio de ellos son judíos laicos, otro tercio son religiosos moderados y el último está conformado por judíos ortodoxos. Una mezcla diversa a la que se agregan los árabes que habitan una región que tiene 16 zonas de industrias en las que el trabajo, dicen, es compartido por unos y por otros. Frente a la problemática de la Cisjordania y a la posibilidad de que se repita una evacuación como la ocurrida con los 8000 colonos que debieron salir de Franja de Gaza en octubre de 2005, los pobladores esperan las decisiones de las autoridades. Intentan vivir una vida normal, aunque atravesada con escenarios de tensión; no pueden olvidar la resistida salida de los colonos asentados al sur del país, hace ya ocho años. Tamar, la vocera del Consejo Regional, tiene una posición tomada: En todo este conflicto que atañe a las colonias, la pregunta relevante es qué va a pasar con Israel después de la evacuación, si se llega a producir. Esta es nuestra tierra, la de nuestros ancestros. Mas del 80% de la historia de nuestro pueblo ocurrió aquí. A pesar de que el gobierno israelí anunció planes para construir 1500 nuevas casas en Ramat Shlomo, en el norte de Jerusalén, el fantasma de la evacuación sobrevuela a los colonos. Para la mujer, la cuestión es clara: si los israelíes salen de Cisjordania, entonces perderían la legitimidad de estar en Haifa, en Tel Aviv o en cualquier otra ciudad del país. Hace mas de 2000 años que el pueblo judío sueña y reza por regresar a estas tierras. El pueblo judío no sueña con volver a Tel Aviv, sino a estas tierras, insiste Tamar. Si el Estado de Israel decidiera que esta tierra es de los palestinos, le estaría sacando todo el derecho histórico, desde el punto de vista filosófico, explica. Y es que una gran parte de la mayoría de miembros de los consejos regionales ven una cuestión estratégica en los asentamientos que están sobre las colinas de Judea y de Samaria en relación con la llanura costera. Cuando el sol cae hacia el oeste, desde acá, desde estas colinas, se puede ver el mar. Y cuando Israel evacuó Gaza, recibió a cambio misiles hacia nuestras ciudades. Somos realistas, en consecuencia entendemos que así como cuando Israel se fue de Gaza, cayeron misiles, si se retira de esta región, entonces saldrán misiles hacia el centro del país. DE GUERRERO A ELI. Dina Rahmani es mexicana de origen, nacida en el estado de Guerrero. Su padre era rico, tenía hacienda, dice, y campos. Cuando era niña, iba a la escuela en auto. La llevaba un chofer, la custodiaba un guardaespaldas. Dina jamás salía sin él. Pero eso fue hace 30 años. Hoy la mujer es parte de una de las 800 familias que pueblan el asentamiento de Eli, ubicado en Samaria. Eli es una de las 150 colonias judías en la que viven israelíes cuya ideología religiosa los llevó a esa zona, una de las más conflictivas del país, habitada por más de un millón de árabes. La permanente negociación política otorgó a esa región la denominación de territorios en disputa, y el 90% de las colonias está pegada a la línea verde. Mientras una buena parte de hombres y mujeres eligieron vivir allí para cuidar y controlar las aldeas controladas por Israel, otros lo hicieron por una cuestión económica. La vida en las colonias es más barata. Dina recibió a Tiempo Argentino en su casa de la colonia de Eli. A ella le gusta hablar con periodistas. Lo hace cada vez que puede. Sus temas son el amor a la tierra y la educación a los niños en el amor a esa tierra. Necesitamos que ellos sientan lo que sentimos nosotros, que son necesarios. Necesitamos que las familias sean fuertes, dice. El paisaje es extraño. Lo que se denomina colonia o asentamiento es un conjunto de casas más o menos homogéneo, con paredes de color crema y techos rojos. Esos grupos están separados por una distancia que puede recorrerse a pie, de otro conjunto de casas rectangulares, con techos planos, pintadas de color beige. Los árabes saben asimilarse a la montaña. Nunca rompen el paisaje, aclara la mexicana. Mi padre exportaba árboles. Tenía tierras equivalentes al tamaño de Israel. Hacía mucho dinero. No nos hacía falta nada. Pero un día decidió que teníamos que dejar el país y venir hacia acá. Quiso vender la propiedad y no pudo. Se la dejó a su hermana. Dina tenía entonces 15 años, y junto a sus padres y siete hermanos, dejó México. La familia viajó a Israel llevando 1000 dólares por todo concepto. Fueron a vivir a un kibutz y, cuando Dina cumplió 18, se enroló en el ejército y llegó a oficial. Su padre murió y ella y sus hermanos partieron. Todos, sin haberlo convenido, decidieron vivir en diferentes asentamientos. Dina, entonces, cambió de vida drásticamente. No somos fanáticos. Queremos a este lugar. Aquí tuve mis hijos y tres de ellos se quedaron, asegura la mujer que para ganarse la vida compra y vende flores. Dina fue oficial, trabajó con niños durante 20 años, estudié cerámica, explica. También habla de los árabes, de la vida cotidiana. Y es que los poblados son muy cercanos unos a otros. Como si fueran barrios separados por grandes parques que en lugar de parques tiene laderas de montanas con algunos arbustos salvajes y muchos árboles de olivo. En algunos lugares, con un poco de suspicacia, la distancia es tan pequeña que casi se podría mirar por una ventana hacia el interior de la vivienda. Los árabes nos ven como invasores. Cuando vamos por la ruta con el auto, nos encierran. Han tratado de subir hasta acá. A veces nos roban pero yo los comprendo. Hasta la Intifada, convivíamos y luego nos separamos. Ahora nos tememos mutuamente, dice Dina. La idea de que la evacuación decidida en Gaza se repita en las colonias de la Cisjordania le sobrevuela. Si algún día llega la decisión, entonces yo le prepararé café a los soldados y seré la única en salir, asegura, con firmeza. El detalle: Las tres zonas Cisjordania, tras los Acuerdos de Oslo de 1993 y la creación de la Autoridad Nacional Palestina, se dividió en tres: Zona A, control íntegramente palestino. Zona B, control palestino y seguridad militar de Israel. Zona C, control total israelí. Imágenes: 1) Binyamin es una colonia judía, asentada en la Cisjordania. Es pequeña pero activa. 2) Tamar es una mujer joven, israelí y educadora. Es, además, la vocera del Consejo Regional de ese poblado, el más grande de todo Israel, con 62 mil habitantes.
Posted on: Sun, 03 Nov 2013 10:16:45 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015