"Cómo salir del mundo viviendo en él" Veamos dos formas de - TopicsExpress



          

"Cómo salir del mundo viviendo en él" Veamos dos formas de vivir en el mundo. La primera: Hacernos a él, funcionar y vivir en él, dando y recibiendo honores, aplausos, placeres, éxitos, un lugar -multitudes caminan así-. Nacemos y crecemos con toda la disposición y recursos para vivir las condiciones del mundo, nuestra naturaleza material nos limita a lo terrenal. Nuestros sentidos mismos de apreciación están circunscritos a ello, todo lo demás queda a la imaginación y la filosofía. Vemos sólo colores, imágenes y contornos. Oímos sólo ruidos, sonidos y ritmos. Gustamos lo dulce y amargo. Palpamos lo áspero, frio o caliente. Olemos lo agradable y mal oliente; pero al final, vivimos para satisfacer a esas sensaciones provocadas a los sentidos, proveyendo continuamente para mantenerlos felices y satisfechos. En esa línea vivimos y trabajamos para obtener un buen paisaje, un excelente concierto, un perfume exótico, un suculento banquete, una prenda de finísima textura. Así transcurre la vida, viviendo para la esperanza de sueños, espejismos y goces virtuales que fenecen junto con el placer momentáneo de tenerlos; al final morirán con el hombre, en el más lujoso féretro y en la más elegante cripta, pero muertos para resucitar en condenación, ya que aquel murió viviendo la alternativa que escogió, confirmado por su forma de vida. El tiempo es corto sobre esta tierra y dice la escritura: “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio…” (He.9:27). No hay estados intermedios como: el Purgatorio, la Reencarnación en humanos o animales, la intercesión por los muertos, el Barza para el Islam, el Araf como muro de división o el Amastagen como una nueva oportunidad, ya que habiendo muerto, no habrá ni intercesión ni indulgencia; por duro que parezca –es la soberanía de Dios-. La segunda forma: Dios en su misericordia y amor a través de Cristo manifiesta “… el reino de los cielos, se ha acercado” (Mt.3:2). Esto significa que con él vino una forma y perspectiva de ver la vida con una esperanza de eternidad; que no es huyendo, aislándonos o encapsulándonos en verdaderos monasterios físicos o abstractos, haciendo votos absurdos mediante propuestas religiosas como imposiciones y leyes severas, tales como: La pobreza, castidad, aislamiento o celibato, a lo cual expresa el apóstol Pablo: “Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne” (Col.2.23). Cristo no pide esos sacrificios, pide algo diferente y es: Creer con fe. Seguros que él provocará un cambio de espíritu mediante reconocer el pecado, creer en el perdón del mismo y aceptar su injerencia en nuestra vida personal e integral. No es entonces, el aislamiento dentro de un régimen totalitario, aunque pareciera ecuánime; no es en un seminario, convento o en auditórium de 4 paredes –es el salir del mundo viviendo en él-, superando en Cristo su forma, conducta y disciplina. Es mostrar que hay otra forma de vida, en donde testificaré con mis hechos y actitudes, que ésta es algo más que la satisfacción de los sentidos humanos y las vanidades. Que se puede ser eterno y que hay otra forma de dependencia perfecta “Salgamos, pues, a él, fuera del campamento llevando su vituperio; porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos la por venir” (He.13:13-14). Entendamos que no podemos vivir dentro de una cápsula hermética y libre de contaminación, mediante la “idealización de la iglesia misma” ya que aquí, sólo somos formados, consolados y sirviéndonos unos a otros, pero el trabajo y la labor del testimonio vivo y de la victoria, es salir al mundo como soldados, armados con toda la armadura de la fe. Salir al trabajo, escuela, comunidad, aun la universidad, venciendo con el bien el mal, manifiesto en modas, costumbres, hábitos y vicios. Salir ilesos y si alguno es caído o herido venir al pastor de pastores, quien nos limpiará y sanará, pero de nuevo ¡a pelear afuera! llevando el estandarte y la bandera de la victoria de nuestro Cristo. Él ya venció y su obra es perfecta ¡y con su victoria somos más que vencedores! Amén.
Posted on: Tue, 23 Jul 2013 14:22:23 +0000

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