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¿Cómo son las relaciones interpersonales que establece el que padece dependencia emocional? Se trata, siempre, de relaciones marcadas por la preocupación, de relaciones insanas, que no se viven, sino que se malviven porque: a) El dependiente emocional no piensa en otra cosa que lucir una buena apariencia y caer bien, incluso a personas que ve por primera vez o a desconocidos; está obsesionado con ello y sus actuaciones jamás son espontáneas ni naturales sino previamente calculadas para obtener aprobación. La necesidad de estar siempre a la altura lleva al dependiente a estados de profunda ansiedad cuando la respuesta en los otros no es la que esperaba. Que otra persona mantenga sencillamente otra opinión es para él una gran fuente de preocupación y angustia ya que pasa a ser entendido como un fracaso que amenaza con desplazarle y abrirle las puertas al rechazo. b) El dependiente vive por y para los demás, haciendo en muchas ocasiones regalos o favores que no le piden, sólo para llamar la atención y ser premiado por ello con afecto y aprobación. Si después de sus ‘bondadosas’ actuaciones no encuentra la gratificación que esperaba le atormentan ideas negativas: si sus amigos, parientes, compañeros de trabajo no responden como el querría es porque él no es suficiente para ellos, porque en realidad él es una mierda. c) El dependiente analiza constantemente todas las situaciones, que necesita tener controladas a toda costa, y determina que son a causa suya unos comportamientos ajenos que nada tienen que ver con él. Así, si en medio de una conversación, el otro muestra signos de cansancio, será porque se aburre con él, no porque tenga sueño. Y al revés: cuando se dé un claro comportamiento de rechazo, el dependiente, incapaz de asumirlo, buscará para sí miles de pretextos y excusas para justificarlo, negará ante sus ojos la realidad y se autoengañará intentando mantener a la fuerza un vínculo que ya caducó y que sólo es vivo en su consciencia. Ni siquiera en su inconsciencia. Así es como el dependiente afectivo vive al margen de la realidad, constantemente pensando, valorando, sospesando, obsesionado con sus análisis, sus dudas, sus miedos, sus justificaciones, como encerrado en un castillo de cristal, velando por todas sus ficticias propiedades. Mientras tanto, afuera, la vida transcurre fresca y limpia, el cielo es real, los campos son verde vivo, las cosas suceden porque suceden, sin más, y la gente actúa y hace en lugar de pensar y analizar, y él, desde la ventana, mira con envidia y hasta con cierto recelo. Pero sólo cuando sabe que nadie le está viendo mirar. En un porcentaje muy elevado de casos el dependiente emocional no es consciente de su problema nuclear, atribuyendo a otras causas su sintomatología más directa. Sus quejas son unas, pero su problema real es otro. Así, el primer paso para tratar su dependencia será la toma de conciencia de este problema, dimensionándolo y evaluándolo adecuadamente y vislumbrando y afianzando la necesidad de un cambio. Hecho esto tendrá que analizar poco a poco la construcción biográfica de su capacidad emocional como reflejo de su relación consigo mismo. Finalmente deberá cambiar la gestión de sus necesidades, miedos y deseos más básicos promocionando su autonomía desde el realismo y reconstruyendo su propia autoimagen para adquirir una nueva identidad. Para todo ello hay que liberarse del sentimiento de desprotección y superar las ideas irracionales al respecto; asumir constructivamente la propia culpa, sin exculpaciones ni autoreproches infructuosos; aprender a sentirse bien sin necesidad de complacer; aprender a tomar decisiones por sí mismo y siendo siempre consecuente con ellas, con más criterio ; atenderse más y mejor a sí mismo y no sobreimplicarse con los demás; respetar la propia autonomía y también la de los demás; sustituir quejas por alternativas y establecer soluciones o objetivos factibles a corto plazo. La dependencia afectiva que acabamos de describir es la más profunda de las que existen y afecta a todos los niveles interpersonales de la víctima (amoroso, amistoso, familiar, laboral...) anulando completamente su libertad y autonomía. Por ello es que se recomienda a quien la padezca ponerse en manos de un especialista. Sin embargo, en muchas ocasiones la dependencia emocional se presenta sólo a nivel amoroso. Se trata de personas que, aunque tienen carencias emocionales, son capaces de hacer amigos y mantener con ellos relaciones sanas y desinteresadas porque han canalizado toda su necesidad de afecto al plano estrictamente amoroso, al que más fuerza le otorgan.
Posted on: Tue, 24 Sep 2013 13:47:46 +0000

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