DOMINGO XXVI Comienza la Carta de San Policarpo, Obispo y - TopicsExpress



          

DOMINGO XXVI Comienza la Carta de San Policarpo, Obispo y Mártir, a los Filipenses. ESTÁIS SALVADOS POR LA GRACIA Policarpo y los presbíteros que están con él a la Iglesia de Dios que vive como forastera en Filipos: que la misericordia y la paz de parte de Dios todopoderoso y de Jesucristo, nuestro salvador, os sean dadas con toda plenitud. Sobremanera me he alegrado con vosotros, en nuestro Señor Jesucristo, al enterarme que recibisteis a quienes son imágenes vivientes de la verdadera caridad y de que asististeis, como era conveniente, a quienes estaban cargados de cadenas dignas de os santos, verdaderas diademas de quienes han sido escogidos por nuestro Dios y Señor. Me he alegrado también al ver cómo la raíz vigorosa de vuestra fe, celebrada desde tiempos antiguos, perseverara hasta el día de hoy y produce abundantes frutos en nuestro Señor Jesucristo, quien, por nuestros pecados, quiso salir al encuentro de la muerte, Y Dios lo resucitó, rompiendo las ataduras de la muerte. En él creéis ahora, aunque no lo veis, con un gozo inefable y radiante, gozo que muchos desean alcanzar, sabiendo como saben que Estáis salvados por la gracia y no se debe a las obras, sino a la voluntad de Dios en Cristo Jesús. Por eso, Con ánimo dispuesto y vigilante, servid al Señor con temor y con verdad, abandonando las vanas palabrerías y los errores del vulgo y Creyendo en aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos y lo glorificó, colocándolo a su derecha; a él le fueron sometidas todas las cosas, las del cielo y las de la tierra, y a él obedecen todos cuantos tienen vida, pues él a de venir como juez de vivos y muertos y Dios pedirá cuenta de su sangre a quienes no quieren creer en él. Aquel que lo resucitó de entre los muertos nos resucitará también a nosotros si cumplimos su voluntad y caminamos según sus mandatos, amando lo que él amó y absteniéndonos de toda injusticia, de todo fraude, del amor al dinero, de la maldición y de los falsos testimonios, no devolviendo mal por mal ni insulto por insultos, ni golpe por golpe, ni maldición por maldición, sino recordando aquellas palabras del Señor que nos enseña: No juzguéis y no seréis juzgados, perdonad y seréis perdonados, compadeced y seréis compadecidos; con la medida con que midiereis a los demás se os medirá también a vosotros. Y, dichosos los pobres y los que padecen persecución por razón del bien, porque de ellos es el reino de Dios.
Posted on: Sun, 29 Sep 2013 10:35:11 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics



CNN

© 2015