De acuerdo al relato, la orquesta imperial tuvo una vez a un - TopicsExpress



          

De acuerdo al relato, la orquesta imperial tuvo una vez a un hombre que no sabía nada de música. Por su riqueza y gran influencia, el hombre exigió un lugar en el grupo porque deseaba tocar para el emperador. El director le permitió sentarse en la segunda fila de la orquesta con una flauta, aunque el hombre no sabía ni leer música. Cada vez que empezaba el concierto, él tomaba su flauta, llevándola a sus labios y moviendo sus dedos. Simulaba tocar el instrumento, pero nunca produjo un sonido. Este engaño continuó por dos años. Cuando el director se retiró, uno nuevo lo sustituyó en su puesto. Éste dispuso una audición individual con cada miembro de la orquesta. Uno por uno, los músicos tocaron en su presencia. Entonces llegó el turno del falso flautista. El impostor estaba tan preocupado que fingió estar enfermo, pero el médico que lo examinó determinó que estaba sano. El nuevo director insistió en que el hombre demostrara su destreza. Con gran vergüenza, el farsante tuvo que confesar su engaño. Deseaba el prestigio de ser parte de la orquesta, pero como nunca tomó el tiempo para aprender a tocar el instrumento, fue incapaz de “enfrentar la realidad” y dar la cara. La palabra “hipócrita” proviene de la palabra griega “hupokrites.” Se define como “la práctica de profesar creencias, sentimientos o virtudes que uno no sostiene ni posee” o un “actor que asume un personaje.” Alguien dijo, “la causa número uno del ateísmo son los cristianos. Los que proclaman a Dios con sus palabras y lo niegan con sus estilos de vida son lo que un mundo no creyente considera sencillamente increíble.” 1 Oswald Chambers agrega, “El mundo se alegra de que hay una excusa para no escuchar el mensaje del evangelio y esa excusa es la inconsistencia de los cristianos.” 2 Encubrimiento Hecho por el Hombre El Señor odia la hipocresía. Jesús dejó esto muy claro en su Sermón del Monte. Dijo a la multitud, “Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos por ellos. De esa manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos. Cuando des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres ” (Mateo 6:1,2, énfasis añadido). Y continuó, “Cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos por los hombres . Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas, que desfiguran su rostro para mostrar a los hombres que ayunan” (versículos 5, 16, énfasis añadido). Los fariseos eran expertos en el arte de simular religiosidad genuina. Ayunaban, oraban y ofrendaban para “ser vistos por los hombres.” Ya dije que Dios odia la hipocresía y es cierto. Pero gracias a Dios que Él ama a los hipócritas, ¡o estaríamos todos en problemas! Dijo Arthur R. Adams, “No te alejes de la iglesia porque haya tantas hipócritas. Siempre hay lugar para uno más.” El famoso actor Robert Redford caminaba un día por el vestíbulo de un hotel y una admiradora lo siguió hasta el ascensor. “¿Es usted el verdadero Robert Redford?”, preguntó ella con gran excitación. Mientras la puerta del elevador se cerraba, él respondió, “¡Sólo cuando estoy a solas!” Si fuéramos verdaderamente honestos, admitiríamos que en ocasiones fabricamos sentimientos y actitudes que son menos que genuinos -una imagen para nuestras “relaciones públicas.” Podemos ver esto desde el mismo principio de la historia del mundo; la hipocresía ha sido usada por el hombre como una forma cobarde de encubrir el pecado.
Posted on: Tue, 25 Jun 2013 12:10:05 +0000

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