De confesiones: mis ideas y por qué voto… (1) 1 Me parece - TopicsExpress



          

De confesiones: mis ideas y por qué voto… (1) 1 Me parece perfecta la definición que hizo hace años el tan preciso Nicanor Parra: el ecologismo es la anarquía práctica. Yo no doy el ancho para definirme como anarquista, es una vara demasiada alta para mí, aunque mis ideas se asemejan a las del anarquismo comunitario. Tengo que reconocer que vivo como un burgués, no practico el comunitarismo y he profitado de la propiedad privada. Me hubiera gustado, o me gustaría (tal vez aún hay tiempo), en mi actuar cotidiano ser mucho más coherente con mis ideas y sentimientos, pero soy demasiado imperfecto. Al menos espero que pueda ser visto que actúo como un tipo decente. Suscribo la médula de la filosofía ecologista-anarquista, en su sentido radical y político, no en su mirada conservadora o conservacionista (como adherir a la liga del caballo, sin reparar que lo verdaderamente ecologista es cambiar el modelo económico, que liquida y somete al hombre y a su hábitat, el que para mí debe también ser sujeto de derechos) o “municipal” (como llamó el mismo Nicanor con precisión quirúrgica a ocupaciones como prohibir el cigarrillo o las relativas al ornato, en vez de las sustanciales que postulan cambio de paradigma: democracia directa, plebiscitos, economía solidaria y comunitaria, desarrollo con y no contra la sustentabilidad ambiental, valor de las minorías, política con responsabilidad ética, etc). ¿Qué hace que un ciudadano con ideas anarquistas (esto quiere decir que idealmente rechaza el poder del Estado, de la propiedad y de cualquier otra entelequia que se arroja el derecho de ejercer la voluntad ciudadana, reemplazándola por su propio interés) participe de una elección como ésta, cuyo objetivo es alcanzar el poder? Pues lo que decía Parra: es el anarquismo práctico. He aprendido a actuar en el rayado de cancha en que me muevo, aunque evitando traicionar mis ideas, mi norte “utópico”, puesto que no soy fanático ni ortodoxo: soy un mestizo, un quiltro total, un heterodoxo que abomina de los purismos al pie de la letra, incluido el purismo anarquista. No pretendo imponer mi utopía personal al resto de los ciudadanos. El rayado de cancha es la democracia mediocre que tenemos y creo que -mientras viva en sociedad y no me retire a la montaña-hay que ocupar todas sus posibilidades para los cambios que me importan, aunque eso no descarta otras vías para esta batalla: todas las formas de lucha: el voto, pero también la calle, pues sin marcha y toma de caminos no hay voto válido ni permanente. Y además tengo los pies en la tierra: no creo que sólo por un acto de voluntarismo se vaya a cambiar la sociedad. Si es un cambio real, y no por decreto, requiere de una ética y sostenida alfabetización pues estoy convencido que lo bueno en el hombre es tener en cuenta, privilegiadamente, a los más jodidos. Por tanto, creo en todas las formas de lucha, y agregaría: en mi caso, soy un ingenuo pues quiero creer en luchas utilizando la no violencia activa (la razón, pero también cortes de calle, sentadas, etc), aunque no condeno per se la violencia. De hecho la violencia también está en lo humano, aunque me lastima llegar a ello. Las revoluciones son “revolucionarias, pero la toma del poder, si se ganan, no lo son: son reaccionarias. Entonces estimo que hay que sumar, no restar: hay que coincidir y marchar juntos en la consecución de objetivos concretos. Por ejemplo, no soy tan iluso como para ponerme como meta acabar con el Estado o con la propiedad privada, pero sí creo posible causas más pequeñas pero sin cavilaciones, como por ej: a) unirme con todos quienes estén por una Asamblea Constituyente, me da lo mismo si son DC, PS, PPD o anarquistas; b) igual cosa respecto de conseguir que no se haga HidroAysén; c) insistir hasta el cansancio para conseguir educación gratuita para todos (incluida la clase alta, pues quiero que vuelvan a estar en una misma sala de clases un cuico con un patipelado de población: el Estado debe subsidiar al cuico para conseguir que sea compañero de curso de un proleta); d) acabar con el sistema perverso de las AFP (es la inmoralidad misma: con nuestro dinero –que estamos obligados a entregar para fines que lo que hacen es jodernos- se han amasado las grandes fortunas chilenas… pero si les va mal los que pagamos somos nosotros… es increíble); e) salud pública igual o mejor que la privada; etc… Para terminar el punto, y haciendo uso del sistema democrático, propiciaría leyes bien concretas, algunas de ellas a la rápida: 1) que todo representante electo (del Ejecutivo o del Legislativo) esté obligado a ocupar educación pública para sus hijos y salud pública para ellos y para sus familias (estoy convencido que eso automáticamente nivelará lo público con lo privado); 2) que sea considerada un delito (pagado con cárcel) la mentira pública, cuando algo es dicho premeditadamente mintiendo (en un país tan mentiroso sería muy saludable); 3) que un representante público no pueda tener un sueldo mayor que el sueldo medio del país; 4) que, al terminó de su mandato, todo representante público tenga que rendir cuenta de si cumplió lo que prometió cuando estaba en campaña; 5) que no haya posibilidad de reelegirse más que una vez. M.Mendoza P.
Posted on: Sun, 17 Nov 2013 12:19:52 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015