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De epidemias, cementerios y represiones Durante la epidemia de fiebre amarilla, ocurrida en Buenos Aires en el año 1871, la vida totalmente cambió para los habitantes de la misma. Comenzando por ser engañados por el gobierno que negaba la enfermedad apoyándose en dichos y resoluciones oficiales por demás malintencionadas. En principio la epidemia no existía. La misma dejó innumerables huellas en la ciudad. Edgardo Gilli en su bella novela: Fragmentos de la fiebre dice: “Abril 14.- Hemos inaugurado un nuevo cementerio: está en la Chacrita de los Colegiales. Hasta los cementerios mueren. Así ha ocurrido con el del Sur, que ya no pudo albergar más difuntos. El nuevo queda más apartado de la ciudad y tienen, en previsión, unas siete hectáreas que la Provincia compró. Nunca se tendieron tan rápido unas vías como las que se han construido como ramal del Ferrocarril del Oeste (…) Hoy partió la primera carga, en dos vagones adaptados para transportar féretros. La paradoja es que esto produjo un renacimiento: el de “La Porteña”, que tuvo que ser exhumada para tirar de los vagones. Éste debe ser el primer ferrocarril de la historia cuyos usuarios son difuntos. Se dispuso que realice dos viajes por día”. El tren fue bautizado, con ese humor negro que siempre aparece ante los estragos de La Parca, por los angustiados vecinos como Tren de la Muerte. La epidemia fue reconocida después del festejo del Carnaval, el que no se detuvo pese a todas los muertos que ya había para esa época. Los registros dan cuenta de trescientos muertos en febrero, marzo se inicia mucho peor: cuarenta muertes por día. La municipalidad tomó cartas públicamente en el asunto cuando la epidemia llegó a los barrios donde vivían los vecinos acaudalados de Buenos Aires. Ya era tiempo de ordenar la evacuación, los que podían no dudaron un instante y en muy poco tiempo un cálculo estimado del setenta por ciento de la población partió hacia lugares alejados y donde la fiebre amarilla no se había hecho presente. La ciudad era una conglomerado de gobiernos. El nacional que presidía Domingo Faustino Sarmiento, el provincial con Emilio Castro como gobernador y en la municipalidad, nada más y nada menos, que un Martinez de Hoz. Los pobres inmigrantes, fundamentalmente los italianos -los chivos expiatorios- acusados de traer la enfermedad, fueron desalojados de sus habitaciones en los conventillos de San Telmo y deambularon por diversos barrios tratando de conseguir dónde dormir o afincarse. Sarmiento ordenó la evacuación de su gobierno. Así se alejaron del foco de la fiebre todos los ministros, sus colaboradores y familiares más el presidente y el vice. No hubo helicóptero, como en el año 2001, que sacara al presidente, si cruzó la ciudad una caravana, una enorme cantidad de carretas, que en lenta y larga fila se alejó de la capital. Hoy no estamos en Carnaval, tampoco hay un evento popular que entretenga mayoritariamente al pueblo. Si poderosos, en plural, que pasan sus vacaciones en un lugar conocido como paraíso fiscal donde se blanquea dinero o que depositan allí sus dineros para que se blanqueen las maniobras de lavado financiero. De Panamá estamos hablando. También hay muchos que pueden intervenir en una crisis y miran todo lo que pueden para otro lado. Claro se trata de facturas políticas. Además cuando intervienen se lanzan como fieras sobre los pobres, los que tienen portación de cara o los que reivindican sus políticas populares. En Carnaval se arrojaba papel picado o lanza perfumes. Hoy hay provincias que son autopistas de polvos blancos y negocios turbios. Donde existen cocinas de cocaína y pistas clandestinas de aviones se cuecen mucho más que blanca y su derivados. Hay epidemias que empiezan y terminan como la de la fiebre amarilla. Muchas veces no se sabe bien cómo y por qué ocurre. Sólo terminan y dan respiro. Otras se afincan silenciosamente durante años y no parece que vayan a terminar muy fácilmente, todo lo contrario. Para que todo eso ocurra hay muchos intereses que van más allá del gato que porta en su cabeza algún veraneante gobernador que pide ayuda por twitter. (Dedicado Claudia con afecto)
Posted on: Wed, 04 Dec 2013 23:19:31 +0000

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