De tierra. Empalagado por un dolo ardiente, sentía como los - TopicsExpress



          

De tierra. Empalagado por un dolo ardiente, sentía como los duros huesos de mis pies golpeaban la tierra negra y perfumada. Saltaba moviendo m pelo entre las ondulaciones del viento del norte, amasando los terrones blanduzcos que reverberaban entre mis dedos. De un segundo a otro, pase a estar de rodillas en aquel fango chamuscado de jugosos líquidos naturales, y mis uñas largas rascaron algunas vetustas piedras. Todo untado de arena, seguí mi baile mientras las flores molidas por mi ritmo, me besaban las plantas de los pies y endulzaban mi vientre desnudo que abrazaba la luz de la luna. No necesitaba música. Solo el ruido gutural de la tierra me envolvía dentro de una grasosa tripa de alegría que me obligaba a seguir brincando, como si quisiera tocar el cielo con la frente acolchonada de ojos cerrados. Cerca de mi cuerpo se juntó la gente. Acompañaban con aplausos a carne viva mis sacudones, y las manos producían un fálico chasquido que producía chispas en la noche a medio morir. Las mujeres allí presentes, dándole la espalda a un caudaloso río, movían sus carnes dulzonas al ritmo de mis pulsaciones sobre la tierra. Mordí el musgo de una piedra cercana, y sentí el espasmódico ruido de la naturaleza amalgamándose verdosamente entre mis dientes blancos. Escupí un grueso catarro verde que fue tragado por la tierra, y allá lejos obtuve el agradecimiento de la tormenta. Así como si nada, apagaron las luces de la oficina. Me desperté delante de mi computadora con las uñas tiznadas de barro, y muy de cerca y con cierto asco, pude percibir el cuadriculado olor del código binario. Rapha.
Posted on: Wed, 26 Jun 2013 04:41:37 +0000

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