Decálogo del panorama arquitectónico cordobés 1-No se discute, - TopicsExpress



          

Decálogo del panorama arquitectónico cordobés 1-No se discute, no se investiga, no se edita sobre arquitectura en Córdoba. Salvo contadas excepciones basta leer el suplemento de arquitectura del La Voz del Interior o la revista Arquitextos para tener un rápido vistazo de lo que se publica sobre arquitectura en Córdoba. 2-No existen archivos de arquitectura cordobesa: La inexistencia de un archivo histórico de arquitectura de Córdoba coarta el estudio y la investigación proyectual y determina que cualquier trabajo hable sobre otros libros en vez de acudir a las fuentes primarias. El no tener acceso a la obra de nuestros predecesores determina que siempre estemos empezando de cero. Al no existir una cultura del estudio proyectual se favorece el discurso en términos teórico-críticos no basados en la materialidad del objeto estudiado sino en una abstracción del mismo. 3-Los concursos se ganan pero no se construyen: En los últimos quince años de la enorme cantidad de concursos públicos que se lanzaron en Córdoba se pueden contar con los dedos de una mano los que se construyeron. Estas contadas excepciones (algunas no exentas de polémica por los cambios exigidos al proyecto original, otras nunca concluidas), son la contracara de innumerables y valiosas ideas que fueron a parar al tacho de la basura. No existe el respeto profesional por lo producido, se concursa por el premio y no por la obra construida. 4-Se ignora totalmente la arquitectura moderna cordobesa. Pareciera que la historia arquitectónica de nuestra ciudad se haya iniciado con los jesuitas, luego haya tenido un cierto renacer con Kronfuss y de ahí se haya pasado directamente a lo producido por el Togo Díaz o Miguel Angel Roca. En el fondo de esa laguna de la arquitectura cordobesa yacen Hobbs, Diaz, Revol, Arias, Taranto, Pinzani, Morchio, Souberan, Moyano, Ávila Guevara, Rojo, Pons… Sus incontables obras y proyectos para nuestra ciudad pareciera que no formaran parte de un acervo digno de rescatar. 5- Existe una sola “escuela” de arquitectura cordobesa que se desarrolla hasta la actualidad y que engloba tanto la enseñanza-producción de la UNC como de la UCC. Para esta escuela la arquitectura tiene que ser narrativa, “comunicar” algo. Así, objetos técnicamente pobres, pero comunicadores de una “idea” suplantan a objetos técnicamente desarrollados y que no necesitan más explicación que su sentido estético y su consistencia formal. 6- El arquitecto cordobés es inocuo en cuanto al modelo de ciudad que se pretende. No genera debate y se limita a realizar encargos profesionales en los límites físicos de un lote determinado. No participa generalmente de la discusión sobre qué ciudad queremos. Al no haber un trasvase de conocimiento hacia la realidad social, el modelo de ciudad queda así en manos de políticos o de “desarrollistas” que suplantan todo marco estratégico por la inmediata satisfacción de los intereses creados. 7-La desregulación de los honorarios profesionales por parte del Colegio de Arquitectos, herencia de los 90’, deja en completo desamparo al profesional cordobés. El que hace solo Proyecto y Dirección Técnica queda en desventaja con respecto al que construye, que muchas veces termina “regalando” el proyecto al cliente a cambio de la obra. 8-La concertación Público-Privada atenta contra cualquier crecimiento planificado de la ciudad. Nacida de la inexistencia de un modelo de ciudad, deja en manos del funcionario de turno la decisión de qué es lo más conveniente para la misma. El municipio, en busca de recursos con los cuales ejecutar infraestructuras termina cediendo a los intereses del capital que pone sus condiciones. 9-La arquitectura cordobesa es una arquitectura del “ghetto”. No se concibe como a estas alturas del siglo veintiuno la ciudad deba seguir replicando modelos urbanos basados en la autoexclusión. Countrys, Barrios cerrados, condominios, se benefician urbanamente de todo lo que la ciudad les ofrece como construcción colectiva. Incapaces de vivir aislados en medio del campo, usufructúan los beneficios de la vida urbana exigiendo sus derechos a infraestructuras, transporte, pavimento, etc, y ofreciendo en todo concepto de retribución urbana una garita de seguridad que custodia su ingreso y un cerco vivo que circunda el emprendimiento. La ciudad en manos de los “desarrollistas” trae caos urbano: extensión, poca densidad, encarecimiento de infraestructuras, privatización del espacio urbano. 10-(Y lo más preocupante de todo) El arquitecto cordobés ve como inexorable e imposible de modificar lo anteriormente enunciado. Mudo espectador, su inacción paralizante, muchas veces por intereses creados, otras por desorientación, tiende a avalar esta situación. Será posible desprenderse de todo esto? Gonzalo Fuzs para FUROGRAMA
Posted on: Mon, 24 Jun 2013 14:56:50 +0000

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