Del santo Evangelio según san Lucas 16, 1-8 En aquel tiempo, - TopicsExpress



          

Del santo Evangelio según san Lucas 16, 1-8 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Era un hombre rico que tenía un administrador a quien acusaron ante él de malbaratar su hacienda; le llamó y le dijo: ¿Qué oigo decir de ti? Dame cuenta de tu administración, porque ya no podrás seguir administrando. Se dijo a sí mismo el administrador: ¿Qué haré, pues mi señor me quita la administración? Cavar, no puedo; mendigar, me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer, para que cuando sea removido de la administración me reciban en sus casas. Y convocando uno por uno a los deudores de su señor, dijo al primero: ¿Cuánto debes a mi señor? Respondió: Cien medidas de aceite. Él le dijo: Toma tu recibo, siéntate en seguida y escribe cincuenta. Después dijo a otro: Tú, ¿cuánto debes? Contestó: Cien cargas de trigo. Dícele: Toma tu recibo y escribe ochenta. El señor alabó al administrador injusto porque había obrado astutamente, pues los hijos de este mundo son más astutos con los de su generación que los hijos de la luz. Meditación del Papa Francisco Abraham y Moisés tuvieron el valor de negociar con el Señor. Una valentía en favor de los otros, a favor de la Iglesia. Cuando la Iglesia pierde la valentía, entra en la Iglesia la atmósfera de la tibieza. Los tibios, los cristianos tibios, sin valor... Eso le hace tanto mal a la Iglesia, porque la tibieza te encierra, empiezan los problemas entre nosotros; no tenemos horizontes, no tenemos valor, ni el valor de la oración hacia el cielo, ni el valor para anunciar el evangelio. Somos tibios... Pero tenemos el coraje de encerrarnos en nuestras pequeñas cosas, en nuestros celos, en nuestras envidias, en el arribismo, en avanzar de manera egoísta...Todas estas cosas no son buenas para la Iglesia: ¡la Iglesia tiene que ser valiente! Todos tenemos que ser valientes en la oración, desafiando a Jesús. La Iglesia es una comunidad del sí en lugar del no. (cf S.S. Francisco, 3 de mayo de 2013). Reflexión Muchas veces el miedo, la desesperación, la desesperanza, las presiones sociales e incluso nosotros mismos pensamientos, nos llevan a hacer lo que Dios no nos pide. Todos en un momento dado nos enfrentamos a nosotros mismos y en un momento de reflexión profunda, nos damos cuenta de la equivocación que hemos cometido y tratamos de enmendarla, en muchas ocasiones con mucha astucia, aunque el resultado no sea el mejor para nosotros ni para nadie. En el evangelio de Juan 8,12 se nos aclara que los hijos de la luz son aquellos que siguen a Cristo, porque quien lo haga no caminará en la obscuridad y tendrá vida eterna. Cristo nos invita a vivir bajo su doctrina y a vivir dentro de la luz, nosotros debemos tener los ojos bien abiertos y el corazón dispuesto. Seguir a Cristo significa no tener que hacer uso de la astucia, sino de la inteligencia que solo la fe nos da. No busquemos salidas falsas que no nos llevan a ningún lado. Cristo es el modelo a seguir .
Posted on: Fri, 08 Nov 2013 11:39:21 +0000

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