Divorciarse de los Hijos Hace una semana o dos, les pedí a mis alumnos de la academia donde trabajo que escribieran sobre la manera en que habían sido criados. Afanosamente todos se dedicaron a escribir y en breve explicar cómo el proceso de crecer había sido para ellos. Al final todos me extendieron sus trabajos y se fueron. En casa me dediqué a leer lo que mis pupilos habían escrito y me quedé un tanto sorprendido al leer que de los diez trabajos dos de ellos me contaban que habían crecidos sin la figura paterna. A una su padre la había dejado luego de divorciarse de su madre. En su caso este señor sólo aparecía muy de vez en cuando y ni siquiera le pasaba una pensión alimenticia. Decía ella que al verlo nada sentía pues era cómo ver a un extraño. Me pregunté si en verdad eso era cierto, pues si no le importaba ¿por qué lo comentaba? ¿Sería acaso ese desdén en realidad un gran resentimiento escondido? No creo que ni ella misma lo sepa. Mi otro alumno nunca fue visto por su padre pues aquel dejó a su madre en el momento en que supo que estaba embarazada. Aquella por vergüenza jamás le pidió nada a quien una vez le había prometido matrimonio y así él creció con el apellido de su madre, uno tal vez más honorable que el de su padre. Aunque he sabido de estos casos desde que tengo memoria lo que me llamó la atención es que ambos eran personas bastante equilibradas que en realidad no parecían haber resentido la falta de un padre sin duda porque ambos tuvieron madres tan fantásticas que fácilmente compensaron esa falta. Estos alumnos míos son personas que valen la pena, inteligentes y honestos, dedicados y amables. Cualquiera se sentiría orgulloso de ser su padre y es el por qué los suyos decidieron renunciar a ese honor lo que simplemente no entiendo ni justifico. No es que no comprenda que dos personas que un día descubren que ya no se aman decidan separarse o divorciarse si ya están casados. Y acaso es mejor no estar juntos si el amor ya murió o nunca existió en realidad pero divorciarte de quien fue tu esposa no significa que puedes, ni que debas intentar, divorciarte de tus hijos también. Por supuesto entiendo que cada caso es diferente y tal vez me apresuro al escribir estas líneas que vienen desde mi propia perspectiva, la de un padre que adora a su hijo y es que cuando vi a mi hijo en ese instante se dio un cambio importante en mi vida, el más importante. Mi mayor felicidad es abrazar a mi pequeño y al hacerlo siento lo que sienten todos los padres que no huyeron de la feliz responsabilidad de tener un hijo. En verdad las palabras del hombre son insuficientes para describir la magnitud de tal sentimiento.
Posted on: Wed, 24 Jul 2013 15:19:08 +0000
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