Dos dÃas antes de la Pascua, cuando Cristo se habÃa despedido ya del templo por última vez, después de haber denunciado públicamente la hipocresÃa de los prÃncipes de Israel, volvió al monte de los Olivos, acompañado de sus discÃpulos y se sentó entre ellos en una ladera cubierta de blando césped, dominando con la vista la ciudad. Una vez más contempló sus muros, torres y palacios. Una vez más miró el templo que en su deslumbrante esplendor parecÃa una diadema de hermosura que coronara al sagrado monte. {CS54 25.2}
Posted on: Fri, 18 Oct 2013 20:33:42 +0000
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