EL ESTADO LAICO Hace muy poco tiempo, el Poder Constituyente - TopicsExpress



          

EL ESTADO LAICO Hace muy poco tiempo, el Poder Constituyente Permanente de nuestro país reformó al artículo 40 de nuestra Carta Magna, que determinaba: “es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República representativa, democrática, federal, compuesta de Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior; pero unidos en una Federación”…; para agregarle a su texto el calificativo de: “laica”. Debo reconocer, que me parecía una reforma excesiva e innecesaria pues modificaba uno de los artículos originarios de nuestro orden jurídico constitucional, que había estado vigente desde 1857; y además, ya se define con claridad en la Constitución la separación del Estado y las Iglesias; así como que la educación impartida por el propio Estado, deberá ser laica. Sin embargo, cuando escuché por la televisión que la primera autoridad de uno de los Municipios más importantes del país declaraba: “Yo, Margarita Alicia Arellanes Cervantes, entrego la Ciudad de Monterrey, Nuevo León, a nuestro Señor Jesucristo, para que su reino de paz y bendición sea establecido. Abro las puertas de este municipio a Dios, como la máxima autoridad. Reconozco que sin su presencia y su ayuda no podemos tener éxito real”; entendí que la reforma había sido absolutamente necesaria. El caso de Arellanes Cervantes, no es el único en meses recientes. En septiembre pasado, el alcalde de Ensenada, Enrique Pelayo Torres, entregó también las llaves de su ciudad a Jesucristo. El alcalde de Guadalupe, Nuevo León, César Garza, lo hizo en diciembre de 2012, con un discurso similar al de Arellanes; mientras que el panista Rodolfo Ambriz Oviedo, hizo lo propio en Benito Juárez, Nuevo León. Ante el escándalo que se generó por la transmisión de su actuación política, la alcaldesa aclaró que “entregó la ciudad a Jesucristo a título personal”, no como funcionaria del ayuntamiento; ofreció disculpas por si en algún momento alguien se había sentido lastimado u ofendido; y luego, quiso minimizar el hecho, bajo el argumento de que no era tan grave, puesto que hasta el Himno Nacional establece la frase de que: “Por el dedo de Dios se escribió”. De manera independiente a que la plegaria de la alcaldesa permite traslucir su incapacidad para gobernar a esa metrópoli y se encomienda a Dios para que la sustituya en su responsabilidad, es francamente inaceptable que diga que lo hizo a título personal o que fue un acto de profesión de fe personal, cuando lo expresó frente a un micrófono, en un acto público. El incidente no debe quedar como otro evento más dentro del anecdotario de la cultura de la impunidad, que padece nuestra nación. El que la señora convoque a una conferencia para pedir disculpas y tratar de minimizar el hecho, no puede ser suficiente. El Congreso del Estado de Nuevo León debe aprobar un punto de acuerdo para amonestarla y advertirle que su conducta puede merecer un juicio político e incluso, motivar su remoción del cargo. Es el Congreso, la autoridad que debe recordarle que cuando asumió su encargo, la alcaldesa juró “guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos”. La definición de Estado laico se agregó al texto constitucional como una obligación jurídica, no como un principio moral, donde cada quien lo puede entender y observar, según sus creencias o convicciones. RAÚL CONTRERAS BUSTAMANTE Profesor de la Facultad de Derecho de la U.N.A.M. contrerasdf@gmail
Posted on: Tue, 25 Jun 2013 06:52:52 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015