EL JUEZ …Conforme avanzamos pude ver el marco de una puerta, - TopicsExpress



          

EL JUEZ …Conforme avanzamos pude ver el marco de una puerta, al interior se distinguían algunas luces tenues, pantallas, y al final de la habitación la figura de una mujer recargada sobre un pequeño barandal situado a escasos centímetros de un ventanal por el que observaba todo lo que ocurría abajo. Sus curvas eran pronunciadas a pesar de que era de talle pequeño, 1. 67 de estatura, tez blanca, cabello castaño a los hombros, piernas torneadas, nalgas duras y redondeadas, llevaba puesto un ceñido vestido en color gris que apenas le tapaba el culo, el escote en la espalda era espectacular. No cabe duda de que las cirugías estéticas pueden convertir a una mujer en un verdadero ángel, y el pudor no era una palabra que existiera en el diccionario de La Princesa de los Condenados. Cerca de la mujer se encontraba un escritorio, sobre del mueble reposaba una pistola que en verdad contrastaba con el ambiente, ya que el perfume que utilizaba era sumamente atractivo al olfato. Su cuerpo me despertó la libido, nunca había conocido a una mujer así. -Llegas tarde amor-, dijo. -¿Alicia Muñoz?-, pregunté. -¿Quién chingadas madres eres tu? ¿cómo pudiste entrar?, suéltalo cabrón o te va a cargar la chingada-, sentenció luego de ver que tenía sometido a su semental. -¿Eres Alicia Muñoz?-, nuevamente le pregunté. -¿Y eso a ti que putos te importa, mira pendejo, basta que con que toque ese botón para que vengan los escoltas a patearte el culo, te van a dejar muerto, mejor cáele a la verga, la putiza ni Dios padre te la quita, pero aún puedes salvar la vida-,comentó mientras señalaba una especie de control remoto que se encontraba sobre un diván cercano, luego tomó la pistola y tras apuntarme con el arma, dijo con voz firme. -Suéltalo hijo de tu puta madre, es tu última oportunidad-. Al no obtener respuesta alguna comenzó a disparar en mi contra, las balas no lograron hacerle daño a la armadura. Al percatarse de esto, la mujer corrió en busca del control remoto para pedir ayuda, pero sólo pudo avanzar algunos pasos antes de ser derribada por el cuerpo de su amante, fue fácil arrojarlo en su contra, ahora estaban acorralados y yo tenía las manos libres. -¿Eres Alicia Muñoz?-, cuestioné de nueva cuenta. -Yo soy La Princesa de los Condenados, ¿eso es lo que querías saber?, ¡soy yo, perro!, ¡y a ti ya te cargo la verga cabrón!, no sabes con quien te acabas de meter, voy a…-, fue interrumpida de forma abrupta tras escucharse un disparo. La cabeza de El Negro quedó esparcida sobre el piso tras recibir un impacto de bala. -Ya no es de utilidad-, le dije. -¡Hijo de tu puta madre!, ¡maldito seas cabrón!, te voy a cortar en pedazos, maricón perro de mierda, ¡estás muerto!-, dijo. -¿Dónde está la droga?, ¿dónde la guardan?-, le pregunté. -¡Es por droga?, pinche adicto de mierda, te hubiera dado pasta hasta para volverte loco, te la hubiera regalado pendejo, eres un maníaco, mírate, eres un demente, todavía falta mucho para Halloween, a mí no me espanta tu pinche mascarita, te va a cargar la verga, no va a quedar nada de ti-, sentenció de nueva cuenta. Aún no sabía si la versión y especificaciones que me había dado El Negro eran ciertas o se trataba de una trampa, era preciso obtener la información de forma rápida, por eso la tomé por el cuello y elevé su rostro a la altura del mío, la presionaba con fuerza contra la pared y nuevamente le dije: -Dónde la guardan?-. La respuesta fue una sonora carcajada, apenas podía respirar pero La Princesa de los Condenados no daba muestras de querer ceder. -Te van a chingar perro, no sabes a quién estás jodiendo, no vas poder esconderte, aún abajo de las piedras te van a encontrar, te van causar mucho dolor antes de matarte-, dijo antes de perder el glamour y escupirme en la cara. Alicia Muñoz era una mujer que tenía muchos más huevos que la mayoría de los hombres que había enfrentado, la fama que le precedía se quedaba corta a comparación de la realidad, era una combinación única, fuerte, certera y voraz como una leona, pero con un cuerpo que te invitaba a pecar, a caer en sus redes, hubiera pagado una considerable suma por conocerla en la cama, dichosos aquellos que la disfrutaron, estoy seguro que esa mujer te llevaba al nirvana en la alcoba. -¡Última oportunidad puta!, ¿dónde la guardas?, ¿dónde está la droga?-, cuestioné en tono enfático. -¡En mi cola pendejo!, ¡me la guardé en la cola hijo de tu puta madre!, ¡ahí está!-, respondió. La sonrisa que enmarcaba su rostro se tornó en un gesto de dolor agudo en tan solo una fracción de segundo. Mi guante se deslizó por debajo de su falda y tras apretar el puño, lo inserté con fuerza en su vagina, el metal logró desgarrarla por completo, sus gritos se ahogaron bajo la fuerza que imprimía mi mano sobre su garganta, Alicia sangró, a lo largo de varios años obtuvo todo lo que había querido abriendo las piernas, y ahora se le escapaba la vida entre las mismas. -¡Mientes, ahí no hay nada¡-, le dije en tono sarcástico. No respondió, el dolor la agobiaba, luego le destrocé la parte superior del vestido y quedaron al descubierto sus tetas, eran perfectas, hechas con lupa, milimétricamente creadas, tenía que felicitar a su cirujano. Con las garras penetré su suave piel, la aureola se tiñó de rojo, y poco a poco le arranqué uno de los pezones, que lástima, hubiera preferido degustarlo en mi boca, la habría hecho gemir como perra con la lengua. -¿Dónde está?-, pregunté -¡Mátame!, ¡por favor mátame, ya no lo soporto!-, suplicó. En respuesta, las garras probaron su abdomen, pude sentir como se replegaba su estómago, hubiera podido esparcir sus vísceras sobre la alfombra, estaba por arrancarle toda la piel. -¡El Elefante Blanco!, ahí está el laboratorio, está oculto en el Parque Lineal, cerca de la rivera del Río La Maja, ahí la hacen y de ahí sale todo el polvo, sólo conozco ese lugar, te juro que no sé más, ¡mátame por favor!-, suplicó de nueva cuenta la mujer. Arrojé al piso lo poco que quedaba de Alicia Muñoz, La Princesa de los Condenados observó por última vez el rostro del asesino, cerró los ojos y luego de girar lentamente la cabeza a un costado murió tras recibir un balazo en el cráneo.
Posted on: Sun, 11 Aug 2013 21:37:13 +0000

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