EL POR QUE DE MIS SUPER PODERES (Pócimas benditas cocinadas en ollas de barro) Por: Carlos A Vásquez No había pasado ni media hora de haber disfrutado con avidez de tantas delicias, tanto así, que creí, a eso obedecía mi indigestión -y era posible, ya que al ser un verdadero fanático de la comida tradicional, me entrego cual sibarita desenfrenado, cuando tengo la oportunidad de compartir una mesa nutrida y bien servida- ¡pero que equivocado estaba! -Me lo hizo saber de mala gana un comentarista radial. Aterricé de mi calma inducida, oí un totazo horrendo, inesperado pero muy fraguado. Este se sintió en toda la ciudad y sus alrededores; fue un comentario malsano, tirado al aire desde el refugió no secreto de algunos extorsionista de la palabra. Media ciudad sufrió el mal sabor de esta granada atiborrada de inmundicia que dejo seguramente perplejo a muchos igual que a mí; ahí Concluí que era habitual dicho malestar, pues, día tras día permanecía indigesto y no sabía por qué, pero sin querer ¡lo descubrí! No en ese momento, pero lo hice. Les confieso que una de las situaciones de la vida cotidiana que más disfruto, son los almuerzos familiares preparados en casa de las tías, comidas hechas con cariño y la buena intención de satisfacer los antojos de quien nos acompañe a la mesa, con la precaución puesta en que en cualquier momento llega visita y debe ser atendida igual o mejor; bajo el concepto de: “es mejor llegar a tiempo, que ser invitado”. Comidas preparadas con gran esfuerzo, de esos que requieren un andamiaje silencioso y cauto, púes inicia muy temprano, para que pueda ser servido en punto y a punto, haciendo de esta: una pócima exacta y poderosa -como suele suceder en cada acción que premeditadamente se cocina a fuego lento- Sea para bien -como sucede en las cocinas de la gran mayoría de colombianos “porque somos más” O para mal como sucede en los laboratorios de algunos alquimistas del mal, que pretenden convertir la falacia en oro- -Ya estaba re incorporándome del microfonazo, lo lograba mientras disfrutaba el delicioso café, que ya se me hizo casi obligatorio después de cada almuerzo, debutó como digestivo, y se convirtió en plato fuerte ¡y si! -fuerte es como más lo disfruto-. ¡cataplum! Un Millón de veces más fuerte que mi café -así fue el estruendo; estoy aturdido y no entiendo que sucede, como puedo reacciono y reconozco el motivo. -era la vos pestilente del falaz aquel, que tira la bomba y esconde la mano. Destruía por completo la paz, mi paz, la paz de muchos. -de eso estoy seguro- era “sipote e’ bomba” -como dirían algunos amigos costeños- lo digo porque seguramente hasta el cabo de la vela se sintió el mamonazo. El aniquilador, que de a poco contaba la historia de un “personajillo” -según su pobrísimo dialecto (verborrea)- al que por cosas del destino -según el resto de la ciudad, incluyéndome a mí- el día en el que le entregaron su carro nuevo y lo conducía por carretera en horas de la noche, fue accidentado y casi pierde la vida; el carro se perdió por completo; Ante esa situación, muchos fuimos solidarios y quisimos que esta persona saliera ilesa de su percance -y así fue- solo hubo pérdidas materiales en ese impase. -esa es la conclusión de la gente de bien, la que no le desea mal a nadie- Muy distinta fue, la conveniente posición, del: bien remunerado aquel, que sin ninguna censura dijo: “lo que por agua viene, por agua se va” -sin importarle un carajo la vida de un hijo de nuestra ciudad- y se avienta a disminuir la gravedad del asunto, asumiendo que el carrito fue pagado con plata mal habida. -¿es posible hacer ese tipo de conjeturas y acusaciones al aire? ¿Tendrá ese tipo de malas prácticas algún proceso disciplinario? - como ya son casi las 12:00M de otro día, los dejo por ahora, la razón es que: en casa se disfruta con puntualidad, ya que la vieja e infatigable sirena de las 12:00M, anuncia todo tipo de delicias que llegarán a la mesa para hacernos un poquito más felices O ¡mucho menos infelices! -ese tipo de manjares rústicos y casi secretos, que solo se pueden preparar cuando se tiene el alma limpia y las manos casi ungidas por tanto amor que han cocinado a través de toda una vida- Esa ha sido desde siempre mi cura, mi mayor riqueza y la razón de mis súper poderes: creer y soñar es: Poder.
Posted on: Mon, 29 Jul 2013 13:53:36 +0000
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