EL PROFETA Y LA PROSTITUTA. “El principio de la palabra de - TopicsExpress



          

EL PROFETA Y LA PROSTITUTA. “El principio de la palabra de Yahwéh por medio de Oseas. Dijo Yahwéh a Oseas: Ve, tómate una mujer fornicaria, e hijos de fornicación; porque la tierra fornica apartándose de Yahwéh” (Oseas 1:2). La prostitución es un tema polémico que despierta toda clase de emociones. Desde repudio hasta morbo. Cuando la misma aumenta manifiesta la decadencia de la sociedad y requiere de medidas concretas y precisas para solucionar dicha problemática social. Dicen que este mal ha ido en aumento, lo cual trae a mi memoria una antigua historia sobre el escándalo entre un profeta y una prostituta. He aquí como sucedieron las cosas…Trata de la vida de un profeta. Un hombre de Dios. La clase de personas cuya reputación de santo buscan multitudes. Pudo haber pasado a la posteridad por sus virtudes proféticas; pero pasó a la misma por andar en callejuelas y burdeles. Tiró a la basura su prestigio rogándole a una prostituta que fuera su esposa. Decía que Dios se lo había ordenado. Es más fácil creer en su mensaje de fuego eterno que en un cuento de amor de cenicienta. Su nombre era Oseas. La mujer Gomer. ¿Escenario? Medio Oriente. Su época cientos de años atrás.Intento imaginar la sorpresa de Gomer: “¿Qué cosa? ¿Matrimonio?” Le habían propuesto toda clase de aberraciones, pero quizá ninguna tan descabellada. Gomer no sabía si reír a carcajadas o mandar encerrar al desconocido loco que tenía enfrente. De no ser por el rostro serio, enrojecido y los ojos de esperanza, no lo habría creído. Uno de los hombres más respetados de la nación le proponía matrimonio.¿Su respuesta? ¿Acaso hace falta escribirla? ¿Quién se perdería semejante oportunidad? Piénsalo, ella era prostituta, ni siquiera le era permitido entrar al templo a causa de las costumbres religiosas de la época; ¡hasta Dios le había cerrado las puertas de su casa!; pero ahora comería a la mesa con el mejor de sus hijos. Si se vendía por monedas, ¿por qué hacerlo por prestigio?Los ministros religiosos de ese tiempo debieron irse de espaldas: “¿ya supiste lo de Oseas? ¿Quién se lo hubiera imaginado? Tenemos que hacer algo, no podemos permitir semejante escándalo.” La iglesia y el mercado tenían un tema nuevo: “El profeta y la prostituta”.Me gustaría decir que la historia termina con un “y vivieron felices para siempre”; desafortunadamente no fue así. Gomer tuvo tres hijos. Oseas sólo uno.¿Por qué fue infiel la esposa?No lo sé. Quizá la combinación de vivir con un profeta con las responsabilidades que esto implica y la burla de la gente por su pasado fue demasiado.¿Qué hizo Oseas cuando lo supo? Lo que todo hombre con sangre en las venas haría: separarse de ella en medio de una gran pelea. La mujer salió de casa con dos de sus hijos. Consultó su lista de “clientes”. No faltaría quien la recibiera… pero los años habían pasado y tres hijos dejaron marca en el cuerpo que otrora se vendiera. Nadie la recibió. Intentó regresar a su marido pero no tuvo éxito.Tiempo después, el profeta la extrañó. No me pregunten por qué. El amor es complicado. No podía vivir sin ella. Así que nuevamente le tenemos por las callejuelas y burdeles buscándola. Su voz se escucha en las plazas y sus ojos lloran en el templo. Quedó prendido de la prostituta.Cierto día, mientras caminaba por el mercado escuchó la venta de esclavos. La oferta y la demanda en su apogeo. Carne fresca para el látigo. Hombres y mujeres útiles para el trabajo. Y al final de todos, como un despojo humano, una desdichada encorvada y envejecida mujer. Sus ojos no daban crédito: Gomer a la venta. La ofrecían a mitad de precio. Era una piltrafa, lo mismo que sus dos hijos. La compró, más no a mitad de precio en que la ofrecían, sino pagando diez veces más restaurándole su dignidad y haciéndole ver lo que la estimaba en su amor.¿Por qué lo hizo? De nuevo no lo se. El amor es complicado. No serían más el profeta y la prostituta, sino el amado y la amada.Esta no es sólo la historia de un hombre que se enamoró de quien no debía; sino la ilustración viva del amor y del perdón de Dios al hombre. Es nuestra historia, amigo lector. La historia de cómo Dios lo cambió todo por amarnos. Dejó su prestigio de divina santidad y bajó al burdel del mundo para unirse a nosotros. Y sí, adivinaste, también fue traicionado y tampoco pudo vivir más en su cielo sin su amada humanidad. Nos encontró en la venta de esclavos y dio el pago requerido. Para Judas eran treinta monedas. Pero su amor dio su sangre. Es la historia de Dios y el hombre. El hijo pródigo y la oveja perdida. El profeta y la prostituta. Dios y nosotros. ¿El final feliz? Tú decides si lo escribe respecto de ti… Dovocional Diaria Dr. Roberto Tinoco
Posted on: Mon, 16 Sep 2013 14:25:21 +0000

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