¿EN QUÉ MOMENTO SE PUDO SALVAR MAGANGUÉ ? “El infierno es - TopicsExpress



          

¿EN QUÉ MOMENTO SE PUDO SALVAR MAGANGUÉ ? “El infierno es esperar sin esperanza” -André Giroux La noticia del escrito de Bernardo Ramírez del Valle: “En qué momento se jodió Magangué ?” y que ha circulado por varios medios, me despertó abruptamente de mi viaje diario por Transmilenio y me trasladó de inmediato al pueblo de esta historia. Es muy cierto, hoy Magangué se parece mucho a esta descripción del infierno: un pueblo que espera sin esperanza, además, el calor de estos días lo acerca aún más a esta realidad mágica que nos persigue a los costeños. Y la pregunta inicial fue: yo empecé este infierno?, pude hacerle tanto daño a mi pueblo?. Hasta ahora estaba convencido de lo contrario, que por lo menos había puesto un minúsculo grano de arena para hacer un Magangué mejor. Pero bueno, como Bernardo ha sido considerado un estudioso y académico, me hizo dudar, es posible que hubiese estado equivocado durante todo este tiempo, como muchísimas personas más, como casi todo el pueblo. Bernardo me puso entonces, a escudriñar la memoria. Cosa que de verdad, es lo primero que debo agradecerle. Volví a Magangué en 1990, con mi título de abogado, unos cuantos libros y un costal cargado de sueños, por la muy generosa invitación que Horacio y Jorge Cárcamo me hicieran para trabajar en el primer gobierno de Gonzalo Botero Maya. Empecé por lo que en ese entonces llamaban Oficina Jurídica. Ahí, apretados en una pequeña oficinita del segundo piso de la alcaldía, me recibieron con todo el cariño Amira Vásquez y Guillo Ballesteros, que en paz descansen. Luego, por un espacio muy corto fui Director de Planeación Municipal. En este primer acercamiento a la administración municipal, con una de las primeras cosas que me encontré, fue justamente con el nombre de Bernardo Ramírez, reconocido como uno de los primeros visionarios y modernizadores en los temas del desarrollo local. Había sido alcalde por nombramiento del Gobernador de la época, y gestor de grandes cambios y obras: trajo, entre otras, la idea de hacer planeación, creó la oficina que se encargara de esa tarea, impulsó la creación de la Empresa de Servicios Públicos, construyó la Avenida San José, y otros muchos proyectos gestados en su fructífero paso por las instancias municipales, departamentales y nacionales, que el mismo nos podrá contar en su oportunidad. De ese primer gobierno de Gonzalo Botero debo decir, que vi a un alcalde con deseos de acertar, de servir, de resolver problemas. Trabajador como buen paisa, más de una vez lo vi regatear precios en favor del municipio. Se adelantaron proyectos de electrificación rural, se construyó una fase del alcantarillado, se pavimentó la Avenida Lequerica Vélez y parte de la Avenida Colombia, una etapa de vivienda en La Florida, se dio impulso y apoyo a los proyectos CESPA, CICABOL y al Matadero Regional. Impulsó la educación y abrió espacios a la cultura, y, bueno, le dio pista de aterrizaje al Poeta Sarabia. Muy rápido llegó la política, como era de esperarse. No faltó quien me hablara de postularme a la alcaldía, pero fue muy fácil saber que seguía Jorge, como tenía que ser, lo apoyé incondicionalmente a la alcaldía y yo aspiré al concejo. La campaña al concejo de 1992, fue la más hermosa de todas, inolvidable, limpia, llena de afecto, solidaridad y de un entusiasmo desbordante y contagioso, sin duda ha sido la mejor experiencia de mi muy corto ejercicio político. Logramos unir, a los conservadores amigos de mi querido viejo, muy especialmente Rogelio Miranda, Hernán Chica y sus entrañables amigos de Cascajal, los profesores Beleño, Bolívar y Lincon, Alexis Pérez (q.p.d.), Jaime Acosta, sumados a los pescadores, los campesinos y las artesanas; los liberales del Foro Democrático liderado por Arturo Zea, Jalil Jalal (q.p.d.), Eliécer Sampayo, Carmen Vanegas, Rafael Prins (q.p.d.), Alberto Lora (q.p.d.), Ramiro Sánchez, los Obregón, Lucho Mejía, Samuel Castro, Edgar Montes (q.p.d.) y mi hermano Miguel Enrique Redondo (Masa), entre muchos más; y la muchachada de la Alianza Democrática- M-19, en cuyo frente de combate, estuvieron entre muchos otros: Javier Bravo, Luz Elena Pascuales, José Luis Jalal, Yulimar Gómez, Rigoberto Martínez, Verena Salazar, Leila Ochoa, Rodrigo Ruíz, Maida Curiel, Jhony Trespalacios. De toda esta historia hicieron parte también Nando Padauí (Picho) y Kurtis Butrón. Recorrimos el municipio de punta a punta, a pie, en “Jhonson”, chalupa, carro, bicicleta. Como no contábamos con líderes en la mayoría de los corregimientos que nos ayudaran a organizar las reuniones, nos tocaba armar un partido de fútbol y al terminar el juego le pedíamos a la gente que había ido a ver el partido que se quedara un rato, que queríamos echarle nuestro cuento. Los demás políticos nos veían en esas y se burlaban, no nos incluían en los cálculos ni de últimos. Bueno, para sorpresa de todos, menos de nosotros, sacamos la primera votación al concejo. Jorge fue alcalde y yo concejal. Jorge trabajó en todos los frentes, salud, educación, deporte, cultura, muchas obras con participación comunitaria, todo el mundo debía poner algo, el llamado bulevar de San Martín fue obra de su gobierno. A él le intenté aprender el manejo de lo político y a echar discurso, es un gran orador, también debería abandonar su retiro y volver a la lucha. Y llegó la campaña de 1994, al cerrarse las inscripciones para las elecciones de octubre no se postuló nadie más. Ese día estaba en una cancha de fútbol, tal vez por Sutatenza, y alguien me dijo, creo que fue Cándido Acuña (“Tripita”): hey loco, ya eres Alcalde. La alcaldía fue el resultado de la campaña al concejo, que seguimos de largo, el “enemigo” no se dio cuenta de eso, después ya fue tarde y por eso no tuvimos contendor. Dos de enero de 1995, siete de la mañana, mi primer día de alcalde: en qué lío me metí, fue lo primero que se me vino a la cabeza, ya habían pasado las fiestas de campaña, porque las campañas eran eso: unas fiestas, ahora se trataba de gobernar, de convertir un discurso y un programa, en acciones, sobre todo frente a las grandes expectativas que se fueron generando. Enseguida, respiré profundo, me encomendé a la niña Fanny, mi mamá, y me dije: Manos a la Obra. Y ahí empezó la última parte de esta historia. Tuve la suerte de contar con un gran equipo de gobierno, excelentes profesionales comprometidos con esta causa, más que funcionarios y compañeros de trabajo fuimos amigos, varios venían de la administración de Jorge y continuaron en sus cargos. El programa de gobierno que nos dedicamos a ejecutar tenía tres ejes: participación ciudadana, educación y empleo. La Constitución de 1991 acababa de aprobar como cambio fundamental, la transición de una democracia representativa, -limitada, que cerró durante mucho tiempo el acceso al poder a grandes sectores sociales y otras formas de pensar-, a una democracia participativa, como una manera de superar la exclusión histórica generadora de violencia y empezar a construir paz y desarrollo entre todos. La participación ciudadana fue entonces un mandato de la Constitución de 1991, que no podía quedar en letra muerta. Empezamos dividiendo el territorio en comunas y corregimientos y procedimos a realizar la primera elección de ediles de las Juntas Administradoras Locales. Al tiempo, iniciamos un proceso de formación de líderes a través del programa de la Escuela de Liderazgo Democrático, en asocio con la Corporación Tiempos de Vida y la Corporación Viva la Ciudadanía. Y como el asunto no era solo de discurso, abrimos espacios de participación efectiva de éstas y otras organizaciones de la sociedad civil en la toma de decisiones sobre el desarrollo local y en la ejecución de proyectos, programas y obras. Este esquema no solo incluyó proyectos menores, sino también otros de gran impacto para la comunidad, como el de vivienda en el Barrio Macondo ejecutado con gran éxito por el Club Rotario, la administración del Coliseo de Ferias con el gremio ganadero y todos los programas de asistencia social de la Red de Solidaridad con la Diócesis de Magangué, este último coordinado por el Padre Humberto Arango, con un manejo absolutamente transparente, hizo rendir de tal manera los recursos, que superamos las metas de cobertura y en por lo menos dos oportunidades alcanzaron para construirle una vivienda a unas parejas de ancianos muy pobres. Es muy común señalar que los gobernantes que se acercan a la comunidad, que la incluyen y la hacen participar en las decisiones públicas, sean tildados de populistas y gastadores. Los entiendo, venimos en un sistema donde los que se apropian de los recursos de la salud y la educación en beneficio propio, se hacen dueños de las vías, de los puertos, de las comunicaciones, etc. a través de testaferros, les llaman habilidosos empresarios, eficaces gerentes y hasta dignos estadistas. Ya es hora de cambiar un Estado que se las de fuerte con los débiles, pero que al primer amague se aculilla ante los poderosos. La educación desde entonces y hoy todavía la seguimos considerando clave fundamental para el desarrollo. Sin una comunidad educada, formada e informada, no se adquiere la conciencia de cambio y la fortaleza para incorporarse a los procesos políticos y económicos de manera eficaz. Nuestro gobierno continuó la tarea de fortalecer la infraestructura física, la dotación, la vinculación de docentes, su capacitación, especialmente en el sector rural. Conformamos la Junta Municipal de Educación –JUME- y la hicimos funcionar de manera transparente, era a través de ella que se hacían todos los movimientos de los docentes dentro del municipio, jamás a dedo, ni por recomendaciones, ni mucho menos, como ocurrió luego, a través de la entrega de importantes sumas de dinero. Ese fue también un ejercicio democrático. Magangué fue seleccionado por el ICBF como municipio piloto con otros 20 municipios del país, para adelantar los programas de Restaurantes Escolares, instalamos varios en la zona rural. Si bien el empleo, es una variable macroeconómica que no está bajo el dominio de un alcalde, sino de decisiones de política nacional, consideramos necesario hacer algo frente al drama de tantas familias sin ingresos. No conozco, ni antes ni después de nuestro gobierno, el intento por lo menos de llevar a cabo un programa de apoyo a la creación de microempresas y apoyo financiero a pequeños microempresarios. Fue un ejercicio también maravilloso, tratamos de enseñar que había que esperar pero con esperanza, que se trataba de un proceso de formación de pequeñas empresas, de aprendizaje, de saber escoger un negocio que fuera viable y que solo luego de esta preparación previa, venía el crédito. Con un fondo de 20 millones de pesos, se otorgaron los primeros créditos, este experimento funcionó en unos casos y en otros no, pero allí quedaba una idea que pudo haberse continuado. No fue fácil conseguir el apoyo de entidades financieras, a pesar de que tocamos sus puertas. Con estas tres ideas fundamentales, empezamos a cumplir con nuestras responsabilidades en los sectores que nos obliga la Constitución de manera prioritaria (Servicios Públicos-Educación y Salud). Esta breve, rápida e incompleta relación de temas la haré con base en la memoria, por lo tanto, no podré dar datos exactos de cobertura, costos y tarifas. Espero que otros me ayuden con su memoria, tanto en lo bueno como en lo malo, que obviamente lo hubo. Recordemos además, que fue un periodo de tres años. En materia de agua potable, con una inversión cercana a los 400 millones de pesos, se construyó una nueva planta de tratamiento, con lo cual se aumentó la producción y el servicio llegó a funcionar por lo menos en ocho horas diarias por sectores. El servicio era administrado por SERVIMAG y en ese momento jamás se pensó en su privatización, la empresa funcionaba con las limitaciones propias de una economía con baja capacidad de pago pero funcionaba, y con un gran reconocimiento por parte de la comunidad. En los corregimientos construimos varios acueductos y mejoramos otros. En aseo y recolección de basuras, se dio un vuelco total, se acabó con la figura un poco confusa de la Unidad de Aseo a cargo de la Energía Eléctrica de Magangué, se liquidó esa unidad con el reconocimiento y pago de todos los derechos laborales de los trabajadores y el municipio asumió plenamente sus responsabilidades. Se hizo la contratación de una empresa privada que empezó a prestar el servicio con un alto grado de eficiencia y a un precio absolutamente racional, nada que ver con el desorden y las negociaciones posteriores. Sigue pendiente la solución al relleno sanitario. El alcantarillado de Magangué, es, en materia de servicios públicos el problema más complejo. Es una obra que por su tamaño y costos no permite la improvisación y su construcción a retazos. Nuestro gobierno hizo lo que tenía que hacer responsablemente en tan poco tiempo, con recursos asignados por el CORPES-Costa Atlántica, se adelantaron los estudios del Plan Maestro de Alcantarillado. El costo de la obra proyectada en este plan era de aproximadamente 13.000 millones de pesos de la época. Posteriormente no hubo decisión conocida sobre este tema. El asunto de Letrinas o Tazas Sanitarias, que tanto dio de qué hablar a nivel nacional, no fue un proyecto ni gestionado, ni mucho menos ejecutado en nuestro gobierno. El salto en salud fue notable. Nos tocó inaugurar el Régimen Subsidiado en Salud. La primera tarea fue la de construir la base de beneficiarios a través de la aplicación de la encuesta del SISBEN, lo hicimos también de manera transparente, miles de magangueleños de escasos recursos empezaron a ser atendidos en salud, en servicios a los que nunca antes habían tenido acceso. Al tiempo, iniciamos la construcción y el mejoramiento de la infraestructura de salud en todo el municipio con el apoyo del Gobierno Nacional, especialmente en el sector rural, desprovisto hasta entonces de toda infraestructura. A través del Fondo de Inversión Social –FIS logramos construir, mejorar y dotar completamente por lo menos cinco centros de salud en el área rural: Coyongal, Barbosa, El Retiro, Barranca, Yatí, entre otros. Nunca olvidaré las inauguraciones de Coyongal y Barbosa, qué gran satisfacción. Construimos también la nueva Sala de Urgencias del Hospital San Juan de Dios. En materia de vías no es fácil hacer mucho con recursos propios, sobre todo en esa época en que apenas empezaba el recaudo de la sobretasa a la gasolina, sin embargo, me acuerdo que pudimos pavimentar, con recursos gestionados a nivel nacional, la Av. de La Candelaria, creo que ni antes ni después se tocó ni se ha tocado, la famosa calle de El Trinche, que conecta Versalles con el Centro, la Carrera 20 que conecta Boston con San José, aparte de otras vías menores. El proyecto de pavimentación de la vía a Cascajal lo dejamos gestionado, firmé el convenio correspondiente el 30 de diciembre de 1997 para que los recursos no se perdieran y copia del mismo se lo entregué a la comunidad el día 31 de diciembre, en nuestro último día de gobierno. Me hubiese gustado ejecutarlo, pero obviamente me resultaba imposible. Por primera vez se proyectó la pavimentación hacia un corregimiento. En deportes, apoyamos y realizamos múltiples eventos y actividades. Durante todo el periodo de gobierno mantuvimos escuelas de deportes, ya no solo de fútbol sino también de beisbol, continuamos apoyando los juegos intercorregimentales, como un espacio importante de encuentro de nuestras comunidades rurales, los juegos intercolegiados de masiva participación de los niños y jóvenes y mantuvimos en competencia a nuestro glorioso Juventud Magangué en el torneo de tercera división. Siempre se mantuvieron activos los torneos de Softball. Realizamos el más importante evento deportivo que se haya realizado en Magangué, con el apoyo de Ecopetrol y la Presidencia de la República: los Juegos Deportivos del Bajo Magadalena por la Paz, con más de mil participantes, en delegaciones de municipios de la isla de Mompox y del sur de bolívar, incluyendo a Barrancabermeja. Durante una semana de competencias, en diferentes disciplinas y escenarios Magangué vivió una fiesta deportiva nunca antes vista. Realizamos el Campeonato Nacional Juvenil de Boxeo, con la participación de “El Mochuelo Torres”, luego campeón mundial. Mejoramos nuestro estadio municipal Daniel Barragán, se instalaron las luminarias y se sembró la gramilla. El Parque Recreativo de Punta de Piedra, efectivamente fue mal planeado, debo aceptarlo, el costo superaba los recursos disponibles y por ello quedó a medio terminar, luego se intentó un convenio con COMFAMILIAR, pero ya era muy tarde. Se construyó la nueva casa de la Cultura en la sede de las antiguas Mojarritas, se iniciaron las escuelas de música con el Maestro Martín Madera. También con la coordinación de Martín realizamos el encuentro CREA de la Cultura de la Costa Atlántica, inaugurado por el Ministro de Cultura, disfrutamos cuatro días de las mejores muestras de la cultura del Caribe, en una gran tarima en el parque de las Américas, en los colegios, calles y teatros de la ciudad. Magangué se convirtió en un gran hotel para albergar a tanto visitante. Nando Buendía me dijo un tiempo después, entre serio y mamando gallo como es su estilo, que esa había sido la semana más alegre que le había visto a este pueblo. Don Antonio Botero la disfrutó como niño chiquito. Se integró y se puso en funcionamiento el Consejo Municipal de Desarrollo Rural –CMDR, y se prestó de manera permanente apoyo y asistencia técnica a campesinos, pescadores y artesanos, con el banco de maquinaria agrícola existente y un gran compromiso de los funcionarios de la Secretaría de Agricultura Municipal. El control del tránsito pasó de los tradicionales agentes de tránsito municipales al control por parte de la Policía Nacional, mediante un Convenio suscrito con esta institución y financiado por el municipio, gestionado por el entonces Concejal Gilberto Romero. Con este programa se dio la oportunidad a muchos jóvenes bachilleres para que cumplieran su servicio militar obligatorio. Adquirimos por un justo precio, el lote denominado COOMERCALCO, sin duda uno de los espacios mejor ubicados del municipio, pensando en el futuro desarrollo urbanístico de la ciudad, creo que no ha sido bien aprovechado. El liderazgo regional se ganó trabajando mano a mano con los alcaldes de la región, en los dos momentos más críticos que vivimos en ese periodo, en una emergencia invernal y en la famosa marcha campesina del sur de Bolívar, siempre trabajamos en equipo ante los gobiernos departamental y nacional, logrando que nos asignaran importantes recursos para obras de defensa contra inundaciones. En una reunión histórica en el Municipio de El Peñón –Sur de Bolívar se constituyó la Asociación de Municipios del Sur –ASOSUR y me eligieron su primer presidente. Los alcaldes de todo el departamento me eligieron su representante en la Junta Departamental de Educación –JUDE-, excelente experiencia. Nos la jugamos toda con la Campaña Magangué Capital, con multitudinarias marchas en Magangué y Fundación–Magdalena, que también tenía la misma aspiración en ese departamento, visitamos uno a uno los municipios de Sur, promoviendo esta idea. Con el apoyo del Alcalde de Barranquilla, Edgar George realizamos el Foro Internacional sobre Desplazamiento Forzado, con la presencia, entre otros, del Embajador de Cuba. Del tema financiero, es muy poco lo que debo decir, porque el mismo documento se encarga de aclarar que no existen, en el acuerdo de reestructuración de pasivos, deudas de mi periodo de gobierno y la deuda que dejamos fue pagada en el gobierno de Hernando Padauí, lo que significaba claramente que no era impagable. En nuestro gobierno no se registró un solo embargo y tampoco se realizó conciliación judicial o extrajudicial alguna, nefasta figura. Con ella sí que se inició la debacle. En un trabajo adelantado con la Universidad Nacional -Sede Medellín, liderado por la Arquitecta Estela Salazar de Aldana, se dejaron sentadas las bases del Magangué del futuro, a través del denominado Plan Estratégico Magangué Siglo XXI, discutido y concertado ampliamente con todos los sectores sociales del municipio, se planteó el ordenamiento territorial de la ciudad y los corregimientos y proyectadas varias soluciones a través de proyectos muy bien definidos, trabajo que luego no tuvo ninguna continuidad. Bernardo reconoce nuestra honestidad, lo que para mí tiene un valor inconmensurable, esa ha sido la regla más valiosa heredada de mis padres y abuelos y que cada día que pasa la reafirmo más, solo eso hace que lo disculpe por su grave e injusta imprecisión histórica, nuestro periodo no pudo ser el momento en que empezó a joderse Magangué, al contrario, pudieron ser esos tres periodos, el nuestro -con los de Gonzalo I y Jorge-, los del lanzamiento de Magangué hacia un futuro más próspero. Termino al estilo de mi admirado y respetado tocayo Don Alfredo Amín. Final Uno: Qué hacer?: Por lo pronto, revisar a fondo, en detalle, el acuerdo de Ley 550 de frente a la comunidad, que se informe qué se ha pagado en todos estos años, a quién, cuántas conciliaciones se han realizado, por qué concepto, qué deudas nuevas se adicionaron y cuáles y con qué soporte se piensan seguir adicionando, qué explicaciones da el MinHacienda de todo este proceso? Final Dos: Está en trámite la contratación de las obras de Ampliación del Sistema de Acueducto, por valor de 8.000 millones, debe explicársele a la comunidad claramente el alcance de esta obra y establecer una veeduría seria. Si se trata de aprender de errores pasados. Final Tres: Marcelo, tu eres hoy el líder, mucha gente sigue esperando tu convocatoria para ayudarte. Final Final: Sigo comprometido hasta el alma con mi pueblo y me la juego toda por él Alfredo Posada V.
Posted on: Fri, 22 Nov 2013 02:14:12 +0000

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