El castillo embrujado de William Caminaron por pasillos - TopicsExpress



          

El castillo embrujado de William Caminaron por pasillos estrechos, algunos de recta trayectoria, otros seguían una curva. Entraban a las habitaciones y el vendedor describía los muebles y los objetos que en ella se encontraran. Todo era antiguo pero estaba bien conservado, William oía las descripciones e historias del vendedor fingiendo interés, y ocultando su desconocimiento en lo referente al arte o la historia. Los orígenes de William fueron bastante humildes; su padre era un obrero londinense, y su madre se desempeñaba como secretaria en una pequeña empresa. Con mucho esfuerzo pudieron proporcionarle una buena educación, gracias a la cual, sumada a su agudo instinto para los negocios, pudo hacerse de una inmensa fortuna. Su decisión de comprar un castillo nació de un capricho, o tal vez era algo mas profundo, un intento inconsciente de borrar su pasado humilde. No dedicó mucho tiempo a pensarlo, tenía el dinero, y los aristócratas con que se codeaba lo verían con buenos ojos. Siguieron recorriendo el castillo, la añeja construcción era inmensa, con altos torreones y habitaciones amplias y espaciosas, contaba con energía eléctrica y otras comodidades modernas, pero se mantenía una atmósfera medieval. No eran pocos los recodos que escapaban a la luz, el aire parecía tan antiguo como las piedras de las paredes, y mas de una vez se escucharon ruidos, para los cuales el vendedor siempre tenía una explicación, que implicaban una ventana abierta, corrientes de aire, o el crujido de las maderas nobles de algún mueble. - Es algo muy normal en construcciones tan antiguas, sigamos, queda mucho por ver - decía el hábil vendedor y con un pañuelo se secaba el sudor de la frente. William compró el castillo. Sus empleados se instalaron primero, tres días después, muy temprano en la mañana llegó el. Era un hombre observador, no demoró en advertir el comportamiento raro de sus empleados, daban todas las señas de estar asustados. Despertada su curiosidad, indagó al mayordomo hasta que obtuvo una respuesta que le resultó preocupante y a la vez le infundió algo de miedo. El mayordomo le contó la siguiente historia: - Estábamos cenando en la cocina cuando escuchamos que golpearon la puerta, cada uno miró a los otros, estábamos todos ¿quién podría ser?. Las puertas que dan al exterior estaban cerradas y el castillo es prácticamente inexpugnable - el mayordomo hizo una breve pausa y continuó. - Fui hasta la puerta, el jardinero y sus dos hijos me acompañaron. Cuando estaba a punto de abrirla continuaban golpeando, la abrí de un tirón, ante mi solo estaba el largo corredor vacío. Como es natural todos nos aterramos, además ese no fue el único hecho de naturaleza extraña que ocurrió. En estas tres noches oímos pasos y voces apagadas, y todos hemos sentido que nos observan. Se que parece algo absurdo, pero cuando llegue la noche usted mismo lo comprobará - las últimas palabras del mayordomo fueron las mas inquietantes. El resto del día William lo pasó pensando, frotándose el mentón. La noche llegó temprano, antes de que la cena estuviera lista salió a caminar por los pasillos. Cruzó frente a la puerta de la biblioteca, avanzó unos metros mas, y escuchó pasos detrás de el. Siguió caminando sin voltear, el miedo que sentía era mucho mayor que lo que había calculado. Entró a la cocina y se sentó, estaba pálido como un papel, los empleados lo rodearon preocupados. Cuando los colores volvieron a su cara comenzó a reír, los que lo rodeaban pensaron que estaba loco, pero se equivocaban. Su agudo instinto para los negocios no descansaba nunca, y veía oportunidades donde otros no. Después de una buena campaña publicitaria, visitaban el castillo personas de todo el mundo, y pagaban cuantiosas sumas por recorrer el castillo embrujado de William. Sadako
Posted on: Tue, 12 Nov 2013 01:14:48 +0000

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