El cipayismo de zonzos. Leo hoy a un participante de este sitio cuya identificaciòn no tiene importancia, caso particular de miles de sujetos que sienten la necesidad de oponerse cerradamente a todas las acciones del gobierno nacional sin saber porquè, insinuando en el habitual tono sarcàstico y superficial, que nuestra Presidente de la Repùblica estarìa provocando un estado pre-bèlico con Chile. O algo parecido. El motivo de esa extraña expresiòn de "autocrìtica nacional" y de aparente defensa de los intereses de una naciòn extranjera, serìa o estarìa relacionado con el reciente y pequeñìsimo asunto de la reafirmaciòn de los intereses comerciales soberanos de nuestra empresa aèrea nacional respecto de los privilegios que posee la empresa Latam (Lan + Tam) dentro del mercado de cabotaje interno de nuestro paìs. Hay que aclarar cuàl es la naturaleza de ese conflicto. Aerolìneas Argentinas vuelve hoy a ser una empresa estatal. Y como toda empresa de transporte estatal, no persigue un fin comercial excluyente, como cualquier negocio privado, sino un fin estratègico econòmico-polìtico basado en el bien comùn, objetivo fundamental del Estado. Por esa razòn, la empresa estatal nos lleva a sitios de poca demanda a precios bajos, donde ninguna empresa privada nos llevarìa, al mismo tiempo que cubre tambièn rutas masivas. Algunos no comprenden aùn cuàl es el beneficio de ello. Pues, si un pueblo posee acceso por vìa àerea, ello facilita mucho su desarrollo en muchos aspectos y la generaciòn de potenciales negocios, los cuales no surgirìan si no tuviese esa vìa de comunicaciòn. Justamente, el mayor daño que provocò la destrucciòn de nuestra red ferroviaria, tanto en transporte de personas como de productos, fuè la limitaciòn y anulaciòn de vastas regiones de producciòn, el vaciamiento de pueblos y el aumento de costos de transporte. Decisiones estratègicas que diferencian a gobiernos con doctrina nacional y productiva, de otros que sòlo representan a intereses de negocios inmediatos. En tal sentido, mientras nuestra lìnea aèrea fuè regalada a la rapiña privada, las instalaciones y las rutas fueron objeto de negociaciòn y entrega. Consumado eso, no habìa ya ningùn interès nacional allì para proteger, por tanto algunos beneficios se otorgaron tambièn a otras empresas privadas. El hangar de Aeroparque se otorgò mientras no habìa su necesidad de uso, con la condiciòn de restituciòn cuando la hubiese. Hoy, cuando la empresa del Estado està en recuperaciòn y crecimiento, cumpliendo fielmente el sentido de la acciòn estatal, es hora natural de volver a poner orden en esa concesiòn de bienes. Por esa razòn, el Estado reclamò a la empresa privada extranjera Lan (Latam) que restituya el hangar de Aeroparque conforme consta en clàusula del contrato de cesiòn. Por esa misma razòn, nuestros impresentables Jueces que siempre fallan en favor de intereses comerciales privados y extranjeros en contra del interès pùblico nacional, han actuado prestamente para defender a la empresa chileno-brasileña. Y, por esa causa, nuestro Ministro del Interior saliò a reclamar publicamente que Chile y Brasil deberìan ofrecer reciprocidad con nuestra empresa para su mercado de cabotaje interno. Es decir, darle rutas y hangares a la empresa Aerolìneas Argentinas en Brasil y Chile, lo cual ahora no sucede. Si la regla aplica para unos, deberìa aplicar para otros. Pues, lo curioso de todo esto es que la empresa Lan pertenecìa al Presidente chileno Sebastián Piñera, entre otras muchas empresas y clubes de fùtbol que el sujeto logrò dominar en su notable proceso de prosperidad ocurrido durante la etapa pinochetista chilena. Su militante, apasionada y pùblica adhesiòn a los principios filosòficos, econòmicos y polìticos del règimen criminal de ese tirano no tendrìan vinculaciòn aparentemente, segùn su propia explicaciòn, con su meteòrico enriquecimiento. Serìa una simple casualidad y èl habrìa prosperado igualmente por su propio mèrito y talento en cualquier otro contexto. Lo cierto es que èl era dueño mayoritario y con dominio absoluto de Lan y, repentinamente, por acceso de una ètica republicana espontànea, decidiò desprenderse de dicha propiedad, la cual adquiriò casualmente, por esas extrañas coincidencias del azar, un sujeto de su cercanìa personal, quien ademàs fuè su socio durante decenios. Y, por supuesto, el Presidente chileno no poseerìa hoy interès alguno en la empresa. Nuestra Presidente de la Repùblica, en orden a las acciones emprendidas por la empresa Lan ante la justicia en contra del Estado argentino que le permite operar dentro de nuestra naciòn con rutas comerciales argentinas, y notando la inclinaciòn de nuestros Jueces por proteger sus intereses en contra de los del Estado nacional, hizo algunos comentarios por Tweeter. Entre ellos explicò brevemente que la empresa no serìa, de ningùn modo, propiedad del Presidente de Chile y que èl la habrìa vendido. Sòlo que puso comillas. El gobierno chileno aclarò que su Presidente jamàs mentirìa en ese asunto, y probablemente en ningùn otro. Listo. Bueno, este sujeto, como muchos otros, y como nuestros jueces, puestos a elegir posiciòn por el Estado nacional, su propia patria y los intereses nacionales, prefieren los del ciudadano chileno millonario que es actualmente Presidente de esa naciòn extranjera. Del mismo modo en que se colocan del lado de los acreedores truchos y usureros por nuestra deuda externa nacional, en contra del Estado argentino en su defensa de nuestro dinero. Algunos lo hacen por propio beneficio, sea de la naturaleza que fuese. Otros, por absoluta impertenencia nacional. Otros, por simples zonzos.
Posted on: Tue, 03 Sep 2013 13:00:58 +0000
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