El equipo argentino tuvo que aguardar a la serie de penales, - TopicsExpress



          

El equipo argentino tuvo que aguardar a la serie de penales, después de un partido que ganó La Máquina 0-1 en la Bombonera de Buenos Aires para empatar el global. Una frase común dice que del subcampeón nadie se acuerda. Mentira, de Cruz Azul hoy se acuerdan todos. Esa final contra Boca era la segunda que perdía desde que fue campeón de Liga en 1997 (en el Invierno 99 cayó ante Pachuca), sin embargo, tuvo un sabor especial que la separa del resto. La ilusión no fue exclusiva de la afición azul; el contagio se extendió a la familia futbolística de México, que adoptó al equipo en esa Libertadores. En un abrir de ojos han pasado 12 años. Un camino largo La final en La Bombonera representó el partido 20 de La Máquina en la competencia, más de los que se juegan en un torneo local de Apertura o Clausura (17). El porqué se remonta a una eliminatoria entre equipos mexicanos y venezolanos conocida como “Pre-Libertadores”, donde Cruz Azul concluyó primero sobre Táchira, Deportivo Italchacao y Atlante para ganarse un lugar en la Copa. En la fase de grupos el conjunto cementero también finalizó a la cabeza del sector 7, escoltado por Sao Caetano (Bra), Defensor Sporting (Uru) y Olmedo (Ecu). El técnico José Luis Trejo acertó al elegir a los refuerzos, Sergio Almaguer, del Necaxa, y José Saturnino Cardozo, prestado por Toluca. Ambas piezas embonaron perfectas en un conjunto plagado de jugadores novatos en Primera División que llegaron procedentes de Cruz Azul Hidalgo, la filial cementera en la Liga de Ascenso. El equipo lo completaban dos históricos, Juan Francisco Palencia y Óscar “Conejo” Pérez, junto a los extranjeros Pablo Galdames, Julio César Pinheiro, Ángel “Matute” Morales y Héctor Adomaitis. En octavos de final Cruz Azul despachó al Cerro Porteño paraguayo. Entonces su estadio le quedó chico y regresó a la que fue su casa y donde se hizo grande, el estadio Azteca. Allí se impuso con categoría 3-0 a un orgulloso River Plate de Argentina, que no pudo sacar renta en la ida (0-0) de la mano de figuras como Andrés D’Alessandro y Javier Saviola. “En las gradas volaban los papelitos multicolores e inevitable era el grito de ‘¡México, México!’. Había combinaciones extrañas: hombres con la playera americanista que agitaban banderas celestes, jóvenes con máscara de diablo rojo que se unían a los bailes de la porra cementera, damas que lucían el escudo puma y a la vez portaban una banda azul. Era una tarde para festejar éxitos ajenos que se sentían como propios…”, escribió el periodista Daniel Blancas de EL UNIVERSAL. Luego vino Rosario Central, en semifinales, al que venció 2-0 en México y empató a tres de visita. En su primera aventura en la Copa Libertadores Cruz Azul se colocaba en la antesala de la gloria. Sin embargo, Boca Juniors dio un golpe de realidad a las aspiraciones cementeras al ganar 0-1 en el Azteca el 20 de junio de 2001 con gol de Marcelo Delgado, quien luego vestiría la camiseta celeste. Entonces la fiesta se preparó en Buenos Aires una semana después, pero La Máquina vendió cara la derrota. Un gol solitario de Palencia emparejó los cartones y los festejos estuvieron a punto de venirse abajo con dos balones a los postes del guardameta xeneize Óscar Córdoba en tiempo regular, uno de ellos a tiro de Pinheiro, quien antes de errar en los penales pudo ser el héroe cementero. Esa noche, como lo narraron los cronistas argentinos, “Dios jugó para Boca”. El marcador fue de 3-1 a favor del cuadro dirigido por Carlos Bianchi, que conquistó así su cuarta Libertadores. Las anotaciones fueron de Juan Román Riquelme, Mauricio “Chicho” Serna y Delgado. Por Cruz Azul marcó nuevamente Palencia. Antes de iniciar los festejos, La Bombonera, entre cuyos palcos se encontraba un eufórico Diego Maradona, tributó un aplauso al equipo mexicano, allí donde es común que los jugadores rivales salgan protegidos por la policía. LA MÁQUINA FUE AL RESCATE DEL TRI Debido al ritmo que traían y a la renovación a marchas forzadas de la selección con el nombramiento de Javier Aguirre en el timón -que rescató un barco a punto del naufragio-, siete jugadores cementeros fueron convocados al Tri. México arrastraba el prestigio en la eliminatoria de Concacaf rumbo al Mundial Corea-Japón 2002 y en la Copa Confederaciones 2001 se despidió con tres derrotas (0-2 vs Australia, 1-2 frente a Japón y goleada 0-4 ante Francia). Ello derivó en el cese fulminante de Enrique “Ojitos” Meza. A Palencia y Óscar Pérez se sumaron los nombres de Tomás Campos, Víctor Gutiérrez, José Alberto Hernández, Melvin Brown y Sergio Almaguer (quien firmaría en definitiva con el equipo). Al final tres de ellos serían mundialistas (Brown, Palencia y Pérez), el resto gozó de unas merecidas vacaciones.
Posted on: Fri, 28 Jun 2013 17:03:14 +0000

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