El eufemismo nació como fórmula para no ofender a los demás, - TopicsExpress



          

El eufemismo nació como fórmula para no ofender a los demás, pero aquí ya no es un acto de sutileza. ENTRE LA VACA Y EL PERRO Cuando yo era niño –hace ya tanto tiempo que en esa época el tacón de los zapatos se usaba adelante–, las señoras refinadas, que presumían de finolis, para que no las creyeran vulgares, le decían “líquido perlático de la consorte del toro” a lo que simplemente se llama leche. Después supe que esa manera de decir las cosas con cierto aire de vergüenza, para evitar lo que podría parecer crudo o desagradable, se llama eufemismo. Más tarde aprendí en el colegio que la palabrita procede de dos raíces griegas, que significan “hablar de modo correcto”, lo que demuestra que un eufemismo es exactamente lo contrario de una blasfemia. No es gratuito que la palabra haya nacido de las tradiciones religiosas. Lo malo es que, con el paso del tiempo, el eufemismo se fue volviendo tan hipocritón que le cambió el sentido al lenguaje. Por ejemplo: a mi tía Josefina, que era remilgada, le gustaba citar con frecuencia un proverbio viejo y socorrido, pero le parecía impropio de una dama el uso de la palabra “capar”. –Al mamífero canino –susurraba mi tía– le hacen esa intervención quirúrgica una sola vez. Sin embargo, como suele suceder con todas las imposturas, el alacrán termina por morderse su propia cola: con los eufemismos sucede lo mismo que con el caballero calvo que se pone una peluca para esconder la calvicie, pero mientras más peluca se ponga, más se le nota la calva. Es lo que ocurre, también, con las señoras que se tiñen las canas.(2 parte) JUAN GOSSAÍN
Posted on: Sun, 08 Sep 2013 18:05:59 +0000

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