El instante santo es el reconocimiento de que todas las mentes - TopicsExpress



          

El instante santo es el reconocimiento de que todas las mentes están en comunicación. Por lo tanto, tu mente no trata de cambiar nada, sino simple­mente de aceptarlo todo. ¿Cómo puedes hacer esto cuando prefieres abrigar pensamien­tos privados y no renunciar a ellos? La única manera en que podrías hacer esto es negando la perfecta comunicación que hace que el instante santo sea lo que es. Crees que puedes abrigar pensamientos que no quieres compartir con nadie, y que la salva­ción radica en que te los reserves exclusivamente para ti. Crees que en los pensamientos privados que únicamente tú conoces puedes encontrar una manera de quedarte con lo que deseas sólo para ti y de compartir sólo lo que tú deseas compartir. Y luego te preguntas cómo es que no estás en completa comunicación con los que te rodean, o con Dios que os rodea a todos a la vez. Cada pensamiento que prefieres mantener oculto interrumpe la comunicación, puesto que eso es lo que quieres. Es imposible reconocer la comunicación perfecta, mientras interrumpir la comunicación siga teniendo valor para ti. Pregúntate sincera­mente: "¿Deseo estar en perfecta comunicación? ¿Estoy completamente dispuesto a renunciar para siempre a todo lo que la obstaculiza?" Si la respuesta es no, entonces no importa cuán dispuesto esté el Espíritu Santo a concedértela, ello no será sufi­ciente para que tú puedas disponer de ella, pues no estás dis­puesto a compartirla con Él. Y la comunicación perfecta, no puede tener lugar en una mente que ha decidido oponerse a ella. Pues dar el instante santo así como recibirlo requiere la misma dosis de buena voluntad, al ser la aceptación de la única Volun­tad que gobierna todo pensamiento. La condición necesaria para que el instante santo tenga lugar no requiere que no abrigues pensamientos impuros. Pero sí requiere que no abrigues ninguno que desees conservar. La ino­cencia no es obra tuya. Se te da en el momento en que la desees. La Expiación no existiría si no hubiese necesidad de ella. No serás capaz de aceptar la comunicación perfecta mientras sigas queriendo ocultártela a ti mismo. Pues lo que deseas ocultar se encuentra oculto para ti. En tu práctica, por consiguiente, trata solamente de mantenerte alerta contra el engaño, y no trates de proteger los pensamientos que quieres negarte a compartir. Deja que la pureza del Espíritu Santo los desvanezca con su fulgor, y concéntrate sólo en estar listo para la pureza que Él te ofrece. De esta manera, Él te preparará para que reconozcas que eres un anfitrión de Dios y no un rehén de nada ni de nadie. UCDM
Posted on: Wed, 19 Jun 2013 13:01:25 +0000

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