El mercado internacional de matrimonios. En las Islas Feroe, en el Atlántico Norte, han comenzado a importar esposas. Las mujeres llegan desde Filipinas y Tailandia, a más de 9.000 kilómetros. Ellas deben remplazar a las jóvenes feroesas, que parten a estudiar en los países vecinos. La mitad nunca regresa. Entonces, para evitar el declive poblacional, los hombres del archipiélago danés acuden con entusiasmo al mercado internacional de matrimonios. Según el periódico británico The Telegraph, el negocio de las agencias internacionales de matrimonio ha florecido en las últimas tres décadas, gracias a la expansión de Internet. Hoy representa una parte importante de la industria de las citas online, valorada en unos 2.000 millones de dólares. Los clientes suelen vivir en países europeos o en Norteamérica. La oferta de esposas emerge fundamentalmente de naciones en desarrollo, en particular el sudeste de Asia, las exrepúblicas soviéticas y América Latina. Estos pactos de amor, no siempre bendecidos por la ley, revelan otro de los intrincados caminos que siguen las mujeres del Sur para escapar de la pobreza. La mayoría de las esposas vietnamitas proviene de zonas rurales. Anillos para salir de la pobreza En el sur de Vietnam las agencias de matrimonios con extranjeros gozan de una sólida popularidad. Desde que el país comunista inició su apertura a la inversión extranjera, la exportación de jóvenes esposas se ha disparado casi a la par del boom económico. Solo entre 2005 y 2010 unas 133.000 vietnamitas se casaron con hombres de países como Singapur, Taiwán y la República de Corea, asegura la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). La mayoría de las esposas proviene de las regiones pobres del delta del Mekong y de zonas rurales en el norte. Más que amor, buscan una vía para huir de la pobreza y el abuso doméstico, y para poder ayudar a sus familias. Un reportaje publicado por Los Angeles Times en 2008 informaba que, gracias a la exportación de consortes, el 20 por ciento de las familias de la isla de Tan Loc había salido de la miseria. Con el dinero de las remesas las familias contruyen casas nuevas, pagan sus deudas e invierten en pequeños negocios, que generan empleos y ofrecen nuevas oportunidades a las economías locales. Las trampas del “amor” Expertos de la OIM han advertido que las parejas formadas mediante estas agencias de matrimonio enfrentan importantes desafíos. La diferencias en el idioma y la cultura, los prejuicios sociales, la discriminación y las expectativas distorsionadas de ambas partes constituyen obstáculos reales. Y no siempre las historias tienen un final feliz. Según la firma Vietnam Global Network, Singapur ha reportado un creciente número de casos de esposas extranjeras abusadas por hombres de ese país asiático. Las víctimas provienen de China, la India, Filipinas, Tailandia, Indonesia y Vietnam. Trabajadores sociales consultados por esa compañía, que gestiona relaciones comerciales en el sudeste asiático, aseguran que muchas mujeres prefieren permanecer en silencio y soportar los abusos, por miedo a perder su estatus migratorio y ser deportadas. Además, la mayoría no sabe a quién acudir ante situaciones de violencia doméstica. En casos extremos las jóvenes pueden optar por el suicidio, si antes no son asesinadas por sus esposos. El gobierno de Estados Unidos introdujo en 2005 la Ley para la Regulación de las Agencias Internacionales de Matrimonio, como respuesta a la muerte de tres esposas extranjeras entre 1995 y 2003. La legislación exige a esas empresas revisar los antecedentes de sus clientes estadounidenses e informar a las futuras esposas de sus derechos en territorio norteamericano. El negocio ha experimentado una verdadera explosión en Estados Unidos. El número de agencias se ha duplicado en la última década hasta alcanzar unas 400, que en 2010 concertaron entre 10.000 y 15.000 matrimonios, revelan cifras oficiales. La pobreza en Filipinas estimula el tráfico humano. Un negocio al margen de la ley Las agencias asiáticas ofrecen paquetes turísticos cuyos precios varían entre 3.000 y 15.000 dólares. Un viaje en busca de esposa comprende el alojamiento, la selección de la novia, regalos a la familia y la gestión de los trámites migratorios. Esta industria del amor sin fronteras ha sobrevivido a las prohibiciones que han dictado los gobiernos de China, Vietnam y Filipinas. En el caso chino, por ejemplo, la ley prohíbe la importación de esposas y la creación de agencias internacionales de citas, pero no estipula cuál es la sanción contra los infractores. Algo similar ocurre en Filipinas, donde las empresas se ocultan tras la fachada de agencias de viajes. Manila aprobó en 1990 una ley contra el negocio de los matrimonios con extranjeros, tras una serie de denuncias de mujeres filipinas que habían sido violentadas por sus esposos en el exterior. Pero el peligro de sufrir penas de hasta 20 años de prisión por tráfico humano no ha amedrentado a los casamenteros filipinos. En junio pasado la policía local liberó a 29 mujeres que habían sido prometidas a clientes en la República de Corea.
Posted on: Sun, 27 Oct 2013 12:45:44 +0000
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