El nombre del buen samaritano Pensando en los famosos "reconocimientos" que se dan a personajes por hacer buenas dádivas, algunas buenas obras (aún las que se supone que deban hacer), y/o labores de ámbito social, busqué la siguiente historia que leí hace varios años. Se cuenta que hace más de doscientos años, el famoso Jean-Frédéric Oberlin, filántropo sin igual, y en cuyo nombre se fundó en el 1833 el Oberlin College (EEUU), viajando a través de una tempestad camino de Strasburgo perdió su ruta. Dios quiso librarle de una muerte segura por otro viajero que llegó en su socorro. --Os ruego que me digáis a lo menos vuestro nombre -le pidió Oberlin, cuando no pudo hacerle aceptar una recompensa. --Decidme vos, primero: ¿Cómo se llamaba el Buen Samaritano? --Lo ignoro, amigo mío -contestó el filántropo. --Entonces permitidme que yo me guarde el mío -concluyó el viajero salvador. En este mundo donde vivimos, algunos somos beneficiados con la gracia de no padecer necesidad extrema; sin embargo, otros viven bajo circunstancias impensables. Algunos se aprovechan de esta condición que muchos padecen para alardear de que son "misericordiosos", bondadosos, o dadivosos, pero sucede que lo hacen para recibir reconocimiento y aceptación (pésima autoestima). Por otro lado, hay otro grupo que se esmera en buscar a esos misericordiosos personajes para otorgarles placas, pergaminos, y cualquier tipo de reconocimiento, como para incentivar al individuo en su trabajo. ¿Serán estas acciones vistas con buenos ojos ante los ojos del Padre? Si es dentro del ámbito religioso, ¿no se supone que esto es para lo que debiera el creyente vivir, es decir, ser misericordioso? ¿De dónde, entonces, se nos ocurre inventarnos reconocimientos por hacer justo lo que se nos mandó hacer? Cuidémonos de no inflar nuestro ego a base de actos misericordiosos. Mateo 6:2-4 Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Autor: David A. Guerrero S.
Posted on: Mon, 19 Aug 2013 15:23:49 +0000
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