El presunto "fet diferencial" que venden los estamentos oficiales no es tal. En cualquier serie televisiva de producción nacional tres cuartas partes del metraje transcurren entre copas (en establecimientos o a domicilio). En los culebrones producidos por la televisión pública catalana tres cuartas partes de la secuencias acontecen en modernísimos hospitales (una explicable querencia de la gente del terruño casi ancestral por las operaciones a corazón abierto y por velar a los enfermos aunque sean primos terceros) y los protagonistas jamás pisan un bar, sólo acuden a exquisitos restaurantes para cerrar negocios y beben con muchísima moderación. La Catalunya emprendedora (odiosa palabreja tal como se emplea hoy en día) y abstemia enfrentada a la España borrachuza e indolente. La triste realidad es que gracias a la ejemplar gestión de los nacionalcatólicos que gobiernan con mayoría (PP. CIU) la encomiable sanidad pública va a la deriva a pesar de la magnífica labor y denodados esfuerzos del personal médico. Otra es que si usted se da un garbeo por Barcelona (a cualquier hora) los bares siempre tienen clientela (y en la ciudad hay unos cuantos).
Posted on: Thu, 04 Jul 2013 07:45:08 +0000
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