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El que quiera leer, qué lea. Y aunque no lo lean muchos, es la triste, cruel y cruda realidad de este pais... Una Reflexión Escrita Por Un Joven Venezolano11 Friday Jan 2013 Viví en Caracas durante dieciséis años.Caí preso en las marchas estudiantiles del año 2007 a favor de lalibertad de expresión, fui víctima de un secuestro Express y mesesdespués víctima de treinta motorizados, los cuales, además de darmeuna golpiza, destruyeron mi auto.Después de estos hechos desconcertantes, decidí tomar un avión sinboleto de regreso.Ahora trabajo en un bar. en un lugar perdido de Europa, día a día, sindescanso… La gente que pasa me pregunta si extraño a mi país y sialgún día volveré.A todos les respondo que no, que nunca más.Ante esta dura afirmación, muchos se entristecen y me dicen que soydemasiado joven para sentenciar tal cosa.Tomando el consejo que me dan, intento despistar mi adversidad y mepregunto: “¿amo a mi país?”La única respuesta es un “¿Por qué debería?”Retomo apuntes mentales y me pongo a pensar en mi infancia y miadolescencia, en los hechos de mi vida allá y me doy cuenta de que no,de que no lo extraño en lo más mínimo y no volvería con o sin elactual gobierno “bolivariano”.¿Por qué?Mi país me enseñó que quien trabaja, sueña y se esfuerza, termina mal:la idiosincrasia del venezolano está basada en la picardía. Es alabadoaquel que se comporta como un oportunista y el honrado que seesfuerza, es descaradamente rechazado.Mi país me enseñó que la vida de ningún hombre vale nada: en lascalles matan semanalmente un centenar de personas, en el este y eloeste de la capital, con impunidad total, sin estar en guerra, sinjustificaciones razonables.Mi país me puso una pistola tres veces en la cabeza y tres veces tuvela certeza de que moriría, entregándome a ella, sintiéndome en elabsurdo de que moriría como un perro porque así morimos hoy losvenezolanosMi país me enseñó que es peligroso tener un automóvil propio, vestirsebien o hablar educadamente, con un acento diferente: cualquier excusaes buena para robarte o secuestrarte o matarte..Soy el hijo de un italiano y una venezolana de izquierda. Me enseñaronvalores socialistas dcesde pequeño.Más que catalogarlos en una ideología, debería llamarlos humanos.Valores congruentes al humanismo, como que todos deberíamos tener lasmismas oportunidades, los mismos derechos.Como que todos deberíamos tener la posibilidad de ascender, porque noes culpa del individuo sino del sistema actual que está podrido.Mis padres me enseñaron que no todos somos iguales pero todos, dedonde sea que vengamos, cual sea nuestra educación, valemos lo mismo yeso debe respetarse para poder vivir en armonía y progresar.Eso me enseñaron en casa pero mi país me hizo racista y clasista, alpunto de que veía un negro mal vestido y con jerga callejera y letenía miedo, desconfianza. Por lo mismo que parte de la idiosincrasiavenezolana, me hizo sentir que todo aquel que era pobre, era unposible criminal.Trabajando como mesonero en Europa, gano como debería ganar unprofesor allá (no como gana).Y no tanto lo que gano sino el poder adquisitivo que existe: un sueldomínimo me ayuda a vivir en una habitación con servicios pagos y comerbien durante un mes, cosa que allá sería imposible haciendo el mismotrabajo.Un estudiante de clase media aquí tiene una vida digna, con untransporte público que se conecta con toda la ciudad, preciosfavorables en ropa, comida y materiales de estudio. Cosas tan precisaspara el bienestar del Hombre, en mi país ya ni siquiera se proponen.Es impresionante.Una clase social dividida en extraños estratos: la pobre, que vive enlos barrios; la media, que va en extinción y gasta dinero en cosasdesproporcionadas e innecesarias, como ir a lugares de moda a no hacernada; la rica, que sobrevive a los ataques actuales del comunismobolivariano; y la nueva rica, que acelera su enriquecimiento por partede los dirigentes del mismo gobierno bolivariano.Se han perdido valores necesarios, como leer un buen libro, viajar porconocer, luchar porque las cosas cambien.Por eso no tenemos ni tendremos nunca un Nóbel escritor.No tenemos ya bases suficientes a nivel educativo ni de valor humano.Pero la cosa que no le perdonaré nunca a Venezuela Bolivariana es queme enseñó a tener miedo.Miedo de salir a la calle de noche, de ir caminando a comprarcualquier cosa. Miedo de reprender a dos ladrones que roban a unamuchacha a plena luz del día. Miedo a volver todas las noches de launiversidad a mi casa porque, entrando, podrían secuestrarme oasesinarme para llevarse el auto.Todo ese miedo que me enseñó mi país, lo convertí en rabia.Una rabia amarga e insoportable que me hace no querer volver nunca más.Una rabia donde metí mis militancias políticas donde creía que unmundo mejor era posible, donde guardé mis sueños de vivir de playa yciudad a veinte minutos de distancia, donde dejé solo el cariño haciamis conciudadanos. Una rabia que me hizo cínico ante cualquieridealismo joven e inocente.Un cinismo como la imagen del Che, como las canciones de Lennon, lasde Silvio Rodríguez, de las Madres de Plaza de Mayo. Tan contrarias alas de la Primavera de Praga, las de las fuerzas Aliadas haciendoJaque Mate a Hitler, el valor , el rostro de Rómulo Betancourtllevándonos a la democratización, el sentido de mi amado Bolívar, lafuerza de Francisco de Miranda y las ideas del Ilustrismo.El Gobierno “bolivariano” acabó con cualquier decencia, con cualquierpedazo bueno que tiene la juventud, ocasionando un vacío ridículo y uncinismo aún mucho más grande.Estoy seguro que las cosas allá no cambiarán ahora ni nunca.Estaban mal antes de este gobierno. Empeoraron demasiado, pero ahorase empeñan en echar culpas (¡después de 10 años!) de poder total ydescomunales ingresos… no les interesa resolver nada, sólo destruir.Después de esto (suponiendo que exista un después), habrá cada vez más caos.Nuestros dirigentes, gobierno y oposición, parten del principio de lapicardía y lo que buscan es dinero y protagonismos.Ninguno tiene bolas para dejar la piel en el asfalto porque ningunorealmente quiere una República. Aquellos valores de pureza, honor yverdad, están menospreciados. Poreso nuestros militares reciben dineroy cumplen órdenes sin chistar.El gobierno “bolivariano” cierra radios y medios de comunicaciónatentando contra la libertad de expresión para que nadie se entere dela cruda y triste realidad mientras el mundo mira hacia otro lado..La culpa no está sólo en ese ignorante que nos comanda sino tambien enlas bases que parten de un mal principio de nuestra equivocadasociedadNada de esto lo digo para crear un debate ni para intentar que mecambien la visión.No lo digo para que me cataloguen en una izquierda o en una derecha.Lo digo como alguien que ahora es externo y a quien no le interesa enlo más mínimo lo que ocurra.Dejé de interesarme hace tiempo, sin quererlo.Entonces no, no extraño ni extrañaré nunca aquel caos injusto de donde vengo.
Posted on: Sun, 01 Sep 2013 04:16:33 +0000

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