El ramadán abre nuestros ojos a lo Único Real, unos ojos que, en el mejor de los casos, sabremos ya que no son nuestros, que son sólo Suyos, que sólo Él es el Que ve, que sólo Él es Quien oye, que sólo Él es. Silencio interior que surge de una sabia privación y autocontención, es una de las cualidades espirituales del ayuno. Oigamos ese silencio, descubramos la sabidurÃa que hay en él, la inmensa Misericordia que existe en el cumplimiento de aquello que nos es obligatorio. PidamosLe a Él que abra a nuestros corazones a la humanidad más genuina, a la luz de Muhámmad, a quien Allah dé Su Gracia y Paz, y nos conforte con su intimidad y cercanÃa, y que el bendito ejemplo de su Sunna sea para todos nosotros una guÃa segura que nos ayude a mantener una forma de vida dulce, humana y equilibrada.
Posted on: Wed, 10 Jul 2013 02:08:46 +0000
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