El teniente general Juan Domingo Perón tuvo, en los últimos - TopicsExpress



          

El teniente general Juan Domingo Perón tuvo, en los últimos años de su vida, un entorno. Ese entorno estaba compuesto por gente mala y ruin que se aprovechaba de su famosa ingenuidad. La candidez de Perón llegó a límites impensados en 1973 cuando su secretario privado, José López Rega, lo convenció de que reunía las condiciones de idoneidad y hombría de bien necesarias para desempeñar el cargo de ministro de Bienestar Social. Un informe hasta ahora reservado a la Secretaría de Asuntos Esotéricos del Justicialismo permite dilucidar hasta que punto López Rega y otros oscuros personajes le lavaron el cerebro a Perón y lo hicieron hacer cosas que odiaba. El caso de la organización parapolicial Triple A (Alianza Anticomunista Argentina) es emblemático: Perón jamás tuvo conocimiento de que existía, a pesar de que López Rega la presidía y la financiaba con fondos de su ministerio. López Rega solía reunirse casi diariamente a planificar futuras amenazas, atentados y crímenes con el comisario Alberto Villar frente a las propias narices del General: por indicación del famoso Brujo, Perón tomaba un comprimido de color verde cada dos horas. El Abombadol permitía que cualquier iniquidad se cometiera en su presencia sin que Perón lo percibiera: Perón tomaba un blister diario de Abombadoles y así fue cómo llegó a firmar cualquier cosa. El tratamiento prescripto por López Rega se complementaba con la famosa "Píldora de la derecha", que Perón consumía en cantidades industriales porque Raúl Lastiri, el fugaz ex presidente y yerno del Brujo, lo convenció de su utilidad para mantener la motricidad fina en buen estado. La combinación de Abombadol y Derechil permitió que se acercaran a Perón algunos personajes que en circunstancias normales jamás hubieran sido escuchados: el coronel Jorge Osinde, por ejemplo. O Alberto Ottalagano, luego rector de la UBA. O los militantes de Guardia de Hierro y la CNU. O Norma Kennedy. Todos ellos eran amigos de López Rega a los cuales Perón, de haber estado lúcido, habría despreciado sin más trámite. Perón había tomado doble dosis de ambos "medicamentos" cuando condecoró a Lucio Gelli, titular de la misteriosa logia masónica P-2. (Revista Barcelona, Buenos Aires, 28 de marzo de 2008)
Posted on: Fri, 12 Jul 2013 15:07:29 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015