El viernes pasado abríamos el programa reproduciendo los dichos de Jorge Lanata al recibir su 3er. Martín Fierro… donde hablaba de ¨la grieta¨. Más o menos, coincidíamos con el Nardo, salvo en que nuestra opinión definía esa grieta como el abismo empezado a construir desde el glorioso Mayo de 1810 a esta parte. Ahora lo llamamos abismo. El Domingo pasado, con la imagen vista por todos (y todas), del pibe que se negó a estrechar la mano de Mauricio (que es Macri), ampliamos aún más la profundidad y el ancho de la grieta. Muchos dijeron que el alumno devenido en autoridad de mesa ¨respetaba sus convicciones¨, otros muchos lo tildaron de maleducado y muchísimos más (creo que la mayoría) directamente dijimos que era un pelotudo en grado supemo. No voy a entrar a cuestionar su educación familiar ni académica. Porque no me importa cómo lo educaron sus padres. Es problema de ellos. Sí voy a plantear el hecho que el tipo, viviendo en una aparente democracia, se pasa ESA DEMOCRACIA EN LA QUE VIVE, y dice defender, por el saco escrotal, contribuyendo, con esa pelotuda y aparente ¨convicción¨ a que la grieta se agrandara y profundizara más. La grieta está abierta y vive, respira y late… como la Bombonera. Sus moradores (dignos representantes de la derecha más fascista y retrógrada), están al acecho de cualquier movimiento para atacar y destrozar al caído en desgracia, desde su lado de la grieta. No actúan solos. Tienen todo el aparato del gobierno y del estado para parecer fuertes. Ahora irán por más aún de lo que han ido, y si antes no respetaron ni la letra grande, ahora olvidate… está todo permitido. Y como son alimañas sedientas de sangre, se zambullirán sobre su presa para exterminarla. Sea quien fuere. Dignos depredadores que no demostrarán la superioridad intelectual, si no, por el contrario, la fortaleza de la manada hambrienta de más y más poder. Ahí entramos nosotros. Los nadies que estamos de la vereda de enfrente. Los que no nos sentimos representados. Los abandonados a la buena de Dios. Los que no reconocemos líderes (porque no los hay). Estamos abandonados a nuestra suerte en la diáspora conocida como ¨La Opo¨, que tampoco reconoce un ideal a seguir, por más democracia, derechos y tolerancia que se promulgara por ahí. El país dividido por una grieta. Ellos o nosotros, no ellos y nosotros. Tampoco nosotros. Ni ellos. Necesitamos de una vez por todas comenzar a cerrar la grieta. Agosto pasó sin pena y sin gloria, dejando candidatos esparcidos en el camino como cadáveres después de una batalla. Se viene Octubre. Ojalá los electos por el saber popular sepan entender el resultado de las urnas y presenten, por lo menos, alguna propuesta más o menos inteligible para superar el odio y la intolerancia que emana desde el gobierno y sus cómplices. Los argentinos estamos harto del patoterismo que emana del gobierno y de la inacción de los demás convidados al festín. Depende de nosotros, comenzar a cerrar esa grieta. O contribuir a agrandarla.
Posted on: Tue, 13 Aug 2013 02:14:04 +0000
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