En el dÃa de la fecha he enviado a distintos medios chaqueños la siguiente nota que deseo compartir: LAS ELECCIONES PASARON, AHORA TODOS. La elección terminó y los resultados ya están. Fue una elección sin alteraciones que permitan cuestionarla, al igual que sus resultados. Para quienes creemos en la democracia, sabemos que las elecciones se ganan y se pierden. Es bueno que asà sea, eso permite la necesaria alternancia, implÃcita en la esencia de la democracia moderna y republicana que defendemos. Hoy nos queda desearle suerte y que hagan un buen gobierno a los triunfadores, y no como un simple acto de generosidad o de demagogia. Ese buen gobierno serÃa en beneficio de todos los chaqueños, para eso la ciudadanÃa ha confiado una vez más en ellos, independientemente de si nos gusta o no que asà haya sucedido. La ciudadanÃa ha elegido democráticamente y debemos felicitar con hidalguÃa a los triunfadores. Pese a las diferencias que tenemos, algo habrán hecho mejor para obtener tan abrumador triunfo. Quiero felicitar muy especialmente a Aurelio DÃaz por la excelente elección realizada, deseo que su presencia enriquezca el trabajo legislativo. Pero debo dirigirme a mis correligionarios. No es hora de broncas ni de lágrimas; no es hora de echar culpas,es hora de encarar con absoluta seriedad y responsabilidad el desafÃa de, todos unidos, retomar la senda de los principios y la programática de la UCR que hace rato muchos radicales venimos reclamando. Tal vez las desconfianzas hicieron que no fuéramos comprendidos y muchos pensaran que eran ataques personales o ambiciones indebidas. Pero esos reclamos pusieron en marcha a un radicalismo que en nuestra provincia estaba dormido, aburguesado, anquilosado, absolutamente atornillado a personalismos y a glorias pasadas. Pero eso conducÃa al aislamiento, a una mayor desconfianza social, al servilismo. HabÃa hecho que en pos de esas ambiciones desmedidas se olvidara de la ética, de su historia, de sus valores innegociables, todos ellos reemplazados por un verticalismo totalmente ajeno a nuestra forma de ser radical, a nuestra rebeldÃa innnata y enriquecedora, a los necesarios debates internos. Lealtades equivocadas nos impedÃan reconstruir ese radicalismo con el que todos soñamos. Lealtades muchas veces nacidas de dependencias de favores y no de la defensa fiel de nuestras convicciones. Hoy, más que nunca, es hora de la unidad. Es hora de la reflexión profunda; es hora de los cambios necesarios para volver a ser la alternativa democrática que debemos volver a ser. Las victorias y las derrotas electorales son para dejarnos enseñanzas, no para llorar, no para desesperarse, no para lamentos que a nada conducen. Son para provocar las reacciones que necesita nuestro radicalismo, al que todos pertenecemos, del que nadie es dueño y del que nadie debe ser excluÃdo. Por el contrario, es un radicalismo que debe abrir sus puertas para que se produzcan todas las renovaciones necesarias, personales y metodológicas, que lo regresen como alternativa a este gobierno. Si mi pedido de disculpas a quienes pude haber ofendido, sirven para este proceso de cambios, las pido gustoso. También quisiera que quienes condujeron a nuestro partido a este estado, tengan la generosidad de correrse de los primeros planos. Las responsabilidades polÃticas son indelegables. Buenos y malos radicales hay en todos los espacios internos, harÃamos muy mal en pensar que sólo por pertenecer a un sector u otro, somos mejores o peores. Creo que desde el NEA primero, y desde Somos Parte después, hemos hecho todo lo posible por apoyar las decisiones orgánicas del partido. Antes que de un sector, somos radicales y nuestra mayor ambición es seguir luchando por un radicalismo rebelde, con debates, con participación real de todos quienes quieran hacerlo desde los principios, desde la ideologÃa radical, no desde las militancias rentadas. Queremos y ansiamos militantes comprometidos con un presente y un futuro mejor para la gente, para la provincia, para la nación, para el radicalismo, al que consideramos una herramienta polÃtica fundamental para la transformación y el progreso, con respeto, con tolerancia, con ansias de ser protagonista de las enormes transformaciones necesarias para un pueblo que hoy, por distintos motivos, que desearÃa cada uno analice por sà mismo, no nos respeta. Para avanzar hacia el futuro debemos hacernos cargo de nuestro pasado, de los aciertos y de los errores. Nuestros principios no son elásticos, son firmes, contundentes. No se los puede usar en discursos y abandonar en la práctica cotidiana. Debemos ser firmes en su defensa y debemos ser muy crÃticos con quienes nos defrauden o nos avergüencen, aunque fueran nuestros amigos. También es hora de ir forjando nuevamente lazos de unidad con todos los sectores polÃticos. Sin unidad no hay desarrollo posible y, esa unidad, lamentablemente, hoy está rota. Radicales de mi provincia: a no aflojar, a apretar los dientes y luchar por los cambios que nosotros mismos y la sociedad nos exige. No seamos mazoquistas, seamos activos militantes pasionales de una UCR que nos necesita asÃ, no rentados, no esperando favores que nos terminan convirtiendo en esclavos de lÃderes y funcionarios. Hagámosle sentir a cada dirigente, a cada funcionario que tiene la obligación de cumplir con las normas éticas y que no pueden avergonzarnos. Hagámosle sentir que tienen la obligación de aportar soluciones al pueblo y no a si mismo o a sus allegados. Un gran radicalismo es posible, olvidemos rencores, recordemos objetivos de servicio y solidaridad. No importa el resultado de esta elección pasada, importa corregir errores. El mañana comienza. Ahora, todos juntos, sin demoras, sin rencores, comencemos el camino hacia ese mañana mejor. wandelow@gmail
Posted on: Mon, 28 Oct 2013 06:09:54 +0000