En esta semana del 26 de junio queremos conmemorar los once años transcurridos de la masacre de Avellaneda durante el 2002, la cual culminó con el asesinato de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki. Desde Sudestada, la necesidad de recordarlos parte de la intención de repensarlos en la actualidad como las caras visibles de un momento histórico, a partir del cual se inicia un proceso que desemboca en la construcción de una nueva izquierda independiente. Entendemos este proceso como la construcción de una alternativa política que consistió en la horizontalidad organizativa, la autogestión, la producción de nuevos valores y formas de sociabilidad (solidaridad, compañerismo, discusión colectiva) que planteron a su vez una alternativa al desastre social generado por el modelo neoliberal. Queremos recordarlos no solo por el desenlace trágico que tuvo su lucha sino por lo que esta mísma significó: la propuesta de un cambio social entendido como la construcción de poder popular, plural y colectivo conformado por hombres y mujeres iguales, con las mismas necesidades. Darío y Maxi son el signo de un proceso político que consistió en una apuesta al Cambio Social a partir de una transformación cualitativa de la organización popular. Como militantes, reiteramos que el puntapié inicial y fundamental para que se dé esta transformación que muchos queremos y necesitamos, es no dejar de recordar a todos aquellos que fueron parte de esa lucha por la transformación como Maxi y Darío y evitar que se sigan invisibilizandose tanto sus luchas como la masacre que se cobró sus vidas.
Posted on: Fri, 21 Jun 2013 02:06:58 +0000
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