En medio de enormes angustias, escurridizo humo negro y máscaras - TopicsExpress



          

En medio de enormes angustias, escurridizo humo negro y máscaras de gas aún sin estrenar, yo insistía en revolcarme para mitigar, en lo posible, aquellos dolores. Era inútil. Todo intento fue en vano. Aún no se han inventado paraguas para cuando llueve por dentro. Mi única escapatoria era escribir. Y escribir es sufrir. Compartiré con usted mi experiencia: Una inolvidable tarde de algún día que no quiero o no puedo acordarme, cometí la estupidez de abandonar mi fría habitación angosta y osé salir a la calle solitaria, aún húmeda, pues semanas atrás había sido víctima de una torrencial lluvia ácida. Sobre los profundos charcos de agua turbia se alcanzaba a divisar el borroso reflejo de incontables sacos de hueso y carne que, sumidos en su inocencia, aún creían existir. Verlos respirar sin ningún remordimiento a mí me torturaba, así que opté por buscar en mis bolsillos rotos algún instrumento para perder el tiempo. Encontré un barquito de papel estancado en el fondo, anclado a la nada, tan semejante a mi alma. Comencé a liberarlo minuciosamente de sus polvosas cadenas de hilo cáñamo y, al estar de nuevo en contacto con el aire que nos envolvía, se oxidó al instante, hasta desaparecer. Lo vi morir entre mis dedos. El diminuto barquito de papel se redujo a polvo y se me escurrió de las manos temblorosas, y me cubrí con ellas el rostro. Y no rompí en llanto, esta ocasión, el llanto me rompió a mí. Con la cara mojada y escondida entre prominentes nudillos tan blancos como colmillos, me eché a correr sin dirección alguna ni rumbo fijo. Doblé la primera esquina que se me interpuso y, en cuclillas, me puse a fabricar mares. Una vez ahí, siendo asediado por la soledad más ponzoñosa, siendo devorado por la hierba mala en la suela de mis zapatos, asimilé mi desolación y acepté entregarme a mi destino. Acepté mudarme al infierno y como pude, me puse de pie. Abrí, a duras penas, los ojos, y una luz blanca golpeteó a mi pupila sombría y nublada. Algo en mi interior se desmoronó, a la par que me impulsaba a esbozar una sonrisa. Si guardo silencio, aún se puede escuchar el eco del martillazo en mis adentros. —A la gente se le olvida sonreír desde adentro, es por eso que tu sonrisa interna es mi regalo—. Dijeron al unísono todas sus voces en mi cabeza. Yo, desconcertado, quería averiguar de quién se trataba, sin embargo, la pureza inmaculada de aquel ser me detenía, así que resolví no preguntar absolutamente nada. Al parecer, esa dulce y extraña presencia leyó mis pensamientos y activó, una vez más, las voces de mi cabeza. —Soy enorme y vacía, fría y oscura, romántica y melancólica”—. Retumbó en las paredes de mi cráneo. Repentinamente me invadieron unas incontrolables ganas de abrazarla, pues logró que olvidara durante un instante el naufragio de mi barquito, así que quise abalanzarme a su cuello, pero en menos tiempo de lo que dura el silencio entre un latido y otro, ella se me escurrió y huyó hasta el cielo inalcanzable. En estos suelos me arraigué, desde aquí abajo la contemplé durante milenios que se niegan a revelarme quién soy, pero un día, volví a hurgar en mis bolsillos rotos y vacíos. En ellos, cientos de aviones de papel revoloteaban con la leyenda: “Sonríe, sonríe y guarda tu sonrisa hasta mañana”. Y, ahora, no hay noche secreta que yo no le llore a ella: Mi Luna Lunática. tantatintatantonta.tumblr/post/45230590105/en-medio-de-enormes-angustias-escurridizo-humo
Posted on: Mon, 18 Nov 2013 00:11:47 +0000

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