Esa misma noche, vino un hombre a la puerta para ver a Rees. Nunca - TopicsExpress



          

Esa misma noche, vino un hombre a la puerta para ver a Rees. Nunca había tenido una sorpresa mayor, ¡era Jim Stakes! Había venido desde una distancia de tres kilómetros y medio, porque según dijo, mientras estaba trabajando en la mina aquella mañana, Rees Howells "se había parado" delante de él. ¡Fue a esa misma hora en la mañana que Jim Stakes se había "parado delante" de Rees y la carga de oración había venido sobre él! "¿Estás en problemas?", le preguntó Rees. Efectivamente, estaba en líos. Tenía dos años de atraso en el pago de su arriendo y esa mañana los alguaciles habían cotizado sus muebles y venían para llevárselos. ¡Dos años de arriendo! Era mucho dinero. Después de una indecisión momentánea, el señor Howells dijo: "Te daré el alquiler equivalente a un año, y tengo un amigo quien creo, te dará la otra mitad". Subió a buscar el dinero, pero antes de llegar, el Espíritu Santo le habló. "¿No me dijiste esta mañana que darías todo lo que tenías para salvarlo? ¿Por qué le estás dando la mitad? ¿No pagó el Salvador toda tu deuda y te liberó?". Rees Howells se dio vuelta y corrió escaleras abajo, y le dijo al hombre: "Siento mucho el haberte dicho que te daría solamente un año para el alquiler. Voy a darte lo necesario para pagar los dos años y además todo lo que necesites. Voy a liberarte de tal manera que el diablo no podrá usar más ésta situación para meterse contigo". "En el momento en que lo dije", declaró después el señor Howells, "descendió el gozo del cielo. Fue como si algo cambiara en mi naturaleza, y se volvió más bienaventurado dar que recibir". El monto del regalo fue de setenta libras.
Posted on: Sun, 06 Oct 2013 18:27:44 +0000

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