Escalofriante carta de una persona que fue víctima de Inseguridad en las cercanías de la Terminal de Resistencia. Querida gente, pido por favor al que reciba y lea esta carta que no la haga pública, sólo deseo preservar mi identidad. Soy de la provincia de Misiones y hace tres años viajo a Resistencia de forma regular. El domingo 28 de agosto terminé con mis quehaceres cerca del mediodía y fui para la terminal de ómnibus. Como tenía el pasaje comprado para el horario de las 16:30, decidí salir a dar una vuelta, a aprovechar el hermoso día que se presentaba radiante. Caminé por la avenida McLean no más de cinco cuadras: allí, a la mano derecha, hay un parquecito muy lindo. El ambiente era inmejorable, había gente tomando mate, niños jugando, adolescentes echados al sol y enfrente, en la vereda de esos monoblocks que allí se ubican, había media docena de muchachos. Yo me acomodé, encendí un cigarrillo y abrí mi libro (estoy leyendo Sobre la brevedad de la vida y otros diálogos, de Séneca). En una de las levantadas de cabeza que hago, observo que tres de los mencionados muchachos cruzan la avenida en dirección al banco donde yo estaba. Cuando los tuve innecesariamente cerca supe que iba a cobrar. Uno de ellos me preguntó de dónde era, “de misiones”, respondí; el segundo me preguntó si yo era de la brigada, el tercero respondió por mí que sí y entre los tres me regalaron una lluvia de piñas y patadas como no tengo otra guardada en la memoria. No sé cómo conseguí echar mano de mi mochila y, con la dignidad ya perdida, salí a correr por la McLean, rumbo a la terminal, mientras esta sarta de hijos de puta corría detrás de mí gritando violador de mierda, ése es un violador. La gente en sus autos aminoraba la marcha y me miraba con asco. Qué momento. Llegué a la terminal y narré lo sucedido al personal de seguridad que me dijo que llamara al 911. El buen ciudadano que atiende la playa de estacionamiento, Néstor es su nombre, llamó, pero hasta las 16:30, horario en que este servidor abordó su ómnibus, ningún patrullero se dio cita en el lugar. Estoy muy dolido. Amo Resistencia porque allí vive mi amor, la respeto y la cuido por la misma razón y duele, se vuelve a decir, que sucedan cosas como éstas, a plena luz del día y en las narices de vecinos que temen tomar parte. No voy a dejar de ir al maravilloso Chaco, no voy a formarme una opinión negativa de todos los chaqueños por culpa de una gleba de cocainómanos pasados de vuelta, pero me parece que ya va siendo hora de que nosotros, los damnificados, pensemos en tomar cartas en el asunto de manera independiente. Los saludo con cordial afecto y espero, algún día, llegar a charlar con ustedes en persona.
Posted on: Mon, 05 Aug 2013 14:46:48 +0000
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