Escena #22 Insomnio Su voz sonaba muy fuerte y con eco, como las voces que presumían alejarse, casi nadie lo notaba, pero para el las despedidas ya eran una costumbre (buena o mala, todo dependía de la anécdota en turno) e indudablemente esta se trataba de una de ellas. No quedaba mas que seguir el ritual a pie de letra y oír lentamente el designio del tiempo que fungía como verdugo inevitable. Se miraron las manos y no tenían nada, el por su parte tenia la impresión de tener por momentos las de manos de ella aferrándose a las suyas (más porque el quería que se quedará, que por otra cosa), pero no había nada, ella buscaba algo, momentos, recuerdos, motivos, y ahí estaban todos esperando a ser vistos, recordados, nombrados, pero como ocurre en esas despedidas, esos motivos nunca tienen dedos, o no más no encuentran forma de sostenerse en equilibrio. La noche se iba haciendo mas grande, ambos espalda contra espalda no encontraban palabras, los te quieros suicidas se iban perdiendo taciturnos entre una marabunta tremenda de otras palabras que tampoco conducirían hacía alguna otra parte, pero la charla continuaba, con su víctima y su respectivo victimario. Total, que mas daba una despedida mas, pensaba para si, su corazón como siempre encontraría la forma de seguir latiendo o de seguir flotando en el stand by en el que vivía y por ratos era feliz, por ratos era feliz, por ratos. Deberías descansar dijo ella, el sonrió en silencio, si duermes poco a tu cerebro le cuesta almacenar recuerdos, replico, no dormir hace casi imposible que tu cerebro recuerde con detalle que hiciste ayer o que paso la semana pasada, y no, no quiero recordar este momento nunca, no quiero recordar que te amo tanto para desear olvidarte, no quiero recordar que te conocí, y si te vuelvo a encontrar quiero sorprenderme mil veces de lo hermosos que son tus ojos cafés a contra luz, y quiero mirar el lunar en tu pierna y pensar que nadie tiene uno tan lindo como el tuyo como la primera vez que lo pensé, como la primera vez, pero esta vez como una desconocida mas, alguien a quien no me importe perder de vista cuando baje del bus, cuando la multitud la devore, cuando se largue y no agite la mano en un adiós con sabor de hasta pronto, no quiero recordar este momento, no quiero que te vayas pero tampoco quiero sostenerte en mi lista de recuerdos, en las cosas pendientes a olvidar, mas sabiendo que es imposible, no quiero despertar amándote ni buscándote a lo largo de mi camino, esperando a que llegues y entristecerme si no llegas, no quiero soñarte siempre, y morirme como siempre cuando despierte, y preguntarme mil veces si te duele tanto como a mi. Como cada mañana sonó el despertador, y volvió a recordar la voz fuerte y con eco, como aquellas que siempre saben a despedida. Deberías descansar dijo ella, no puedo, replico.
Posted on: Fri, 15 Nov 2013 10:32:24 +0000