Esta canción nació de un tiempo obscuro, en que los duendes se convirtieron en dragones de crucero y las hadas, convertidas en prostitutas, concedían perversos deseos a cambio del polvo de sus propias alas. La noche eterna era una fiesta que terminaba al amanecer, al dormir la mona en el parque...al saber que estabas solo. Hoy gracias a Dios, solo tengo ese tiempo presente, para no volverlo a vivir. Hugo Tamayo.
Posted on: Fri, 23 Aug 2013 15:30:07 +0000
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