Esta tradición judía la encontramos ya expresada en lengua griega. La fundación de Alejandría, en el año 332, abrió al judaísmo unas posibilidades extraordinarias. Apoyados por la simpatía de Alejandro y de los Tolomeos, los judíos establecieron sólidamente en la nueva Atenas una comunidad lealista, con sus especialidades propias -las finanzas- y su altivez a veces provocativa -que los historiadores paganos calificaron de "orgullo de raza"-. Estos judíos asimilaron fácilmente la cultura helenista, se abrieron a la filosofía, y no dudaron en adaptar el Exodo al teatro, ni en trucar con fines apologéticos los oráculos de la Sibila. El Libro de la Sabiduría probablemente no es más que una explicación y defensa de la tradición de Israel, escrito en forma que su lectura no hiriera a los lectores paganos. Al haber olvidado la lengua original de las Escrituras, se emprendió la traducción de las mismas, probablemente durante el reinado de Tolomeo II Filadelfo (285-246), y si, como consecuencia de ello, algún rabino descontento llegó a afirmar que, en aquella ocasión, "las tinieblas cubrieron el mundo durante tres años", su mal entendido conservadurismo y sus anatemas no tuvieron trascendencia. La inspiración iluminaba a aquel grupo de judíos helénicos y la lengua de Platón iba a expresar la palabra de Dios.
Posted on: Thu, 29 Aug 2013 18:04:28 +0000