Este texto sintetiza el significado de la maternidad - TopicsExpress



          

Este texto sintetiza el significado de la maternidad espiritual de María. Ella es ahora, de manera especial, presencia ma­terna en la Iglesia, como la ha llamado el Papa Juan Pablo Il. María no ha perdido nunca esta presencia materna, ni ha aban­donado nunca su misión maternal. Asociada a Cristo, María continúa cum­pliendo la función de su maternidad espi­ritual desde su trono celeste, haciéndose en cada momento cercana a cada uno de sus hijos con su mediación e intercesión efi­caz. Está presente en los momentos difíci­les y más complicados de la vida de sus devotos; cuida de ellos y les tiende la mano de su protección, para ayudarlos a salir a flote en todos los peligros, y a llegar a puerto seguro. Su protección es segura. Tiene siempre su mano tendida para favorecer, abierta para derramar sobre quienes la invocan las perlas de su gracia. Confiado en esta pro­tección constante de María, San Bernardo, devotísimo de la Virgen, exhortaba ardien­temente a sus devotos con frases inspiradas a acudir con confianza a María. Sus expre­siones, encadenadas en una secuencia sin treguas, son patéticas: Tú, quienquiera que seas y te sientas arrastrado por la corriente de este mundo, náufrago de la galerna y la tor­menta, sin apoyo en tierra firme, no apartes tus ojos del resplandor de esta Estrella, si no quieres sumergirte bajo las aguas. Si se levantan los vientos de las tentaciones, si te ves arrastrado contra las rocas del abatimiento, mira a la Es­trella, invoca a María. Si eres batido por las olas de la soberbia, de la ambición, de la detracción o de la envidia, mira a la Estrella, mira a María. Si la ira o la avaricia o la seducción carnal sacuden con furia la navecilla de tu espíritu, vuelve los ojos a María. Si angustiado por la enormidad de tus pe­cados, o aturdido por la suciedad de tu conciencia, o turbado por el pavor del juicio, comienza a devorarte el abismo de la tristeza, o el infierno de la desesperación, piensa en María. Si te asalta el pe­ligro, la angustia o la duda, recurre a María, invoca a María (... ) Si la sigues, no te desviarás; si recu­rres a Ella, no desesperarás.
Posted on: Fri, 01 Nov 2013 09:56:05 +0000

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