Excelente imagen de Rinus van den Berg: un puñado de DKW F.11 Junior Coupé toman la salida en una carrera reservada para estos espartanos autos alemanes. En los años 60, las competiciones en los circuitos germanos se dividían según las cilindradas de sus productos. Nadie se quedaba sin correr y, además, fomentaban su propio mercado. Generalmente, hasta casi finales de los años 60, las pruebas de velocidad reservadas a los autos de menores cubicajes se desglosaban en tres carreras independientes: la primera (hasta 600 c.c.) acogían a los NSU Sport Sprinz; la segunda (600-700 c.c.) era un coto cerrado para los BMW 700 mientras que la tercera (700-850 c.c.) -como la de la imagen- daban cabida a los DKW F-11 Junior Coupé (cilindrada de 796 c.c., 40/45 CV y 710 kilos). En 1965, las carreras de la tercera Clase eran un feudo de los robustos DKW (20 unidades mínimas en formación más algún iluso sobre Fiat-Abarth 850) que dirimían apoteósicos enfrentamientos personales protagonizados por un escogido plantel de especialistas: Hannelore Warner, Kurt Pfnier, Dieter Nakaten, Heimrich Wiese, Rolf Wienen, Helmut Hinse, Willi Feuersänger, Klaus Zimmer o Ludwig Wallrapp, entre los más destacados. La desaparición, con los años, de estas minúsculas cilindradas terminó con una generación de pilotos que siempre compitieron en el filo de la navaja.
Posted on: Wed, 12 Jun 2013 11:06:23 +0000
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