Extraño hacer pocitos en la tierra con la cucharita sacada a escondidas para hacer los opis para jugar a la bolita, y las pedidas con ruegos para ponerle en la trompa de los autos de plástico rellenos con masilla para que anden más rápido. Le sacábamos las rueditas de adelante y le incrustábamos una cucharita, llegaban a hacer chispas en el asfalto... Extraño a las viejas chuzmas del barrio apoyadas en sus palos de escoba de paja que con la excusa de barrer la vereda se ponían al día con los chismes de la cuadra y el ruido de las máquinas de cortar pasto y la moneda de 10 mangos que nos daban para ir a tirar el pasto al baldío, porque no teníamos idea de la ecología. Hoy no veo chicos jugando en la vereda, ni chicas en grupos yendo a comprar caramelos llevando del brazo a sus muñecas o en los carritos para bebes, ni los veo salir corriendo a saludar a los padres cuando llegaban de laburar y aprovechar la volteada para pedirle la monedita para ir a comprar Tutuca, o una ficha de metegol. A veces, nos poníamos de acuerdo para no hacernos goles y así las 7 pelotitas de madera duraban más, y el dueño se enojaba porque pasábamos dos horas con una ficha. Hoy no veo chicos jugando en la vereda, y no es que esté mal, o bien, solamente extraño caminar de vuelta a casa y ver a los chicos jugar y pensar, uyyy yo jugaba a eso cuando era chico... Es que ya tenía como 18 y me daban ganas de meterme en el medio de los pibes y jugar a Titanes en el Ring, y en carnaval, salir con las bombitas de agua a mojar a las chicas. Como experto veterano enseñarle a los más chicos cuáles eran las mejores piedras para jugar al dinenti o la payana, y cuando uno se tiraba al piso para jugar un rato y tu viejo te decía ya te afeitás y seguís jugando... Qué juventud perdida!!!
Posted on: Sat, 27 Jul 2013 23:49:49 +0000
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