Fama no es sinónimo de influencia Por Lucas Leys Hay personas, productos y marcas que son famosas porque todos las conocemos, pero eso no es sinónimo de que tengan un efecto en nuestras vidas. Yo conozco al muñeco de Pirelli, al gato con botas y se quien era Alicia en el país de las maravillas, pero no puedo pensar en una sola decisión de mi vida en la que hayan tenido algún efecto. Dios no nos llama a todos, si es que a alguien, a ser famoso, pero si nos llama a todos los líderes cristianos a ser de influencia. Que permita que tengamos fama o hasta lo facilite es otra cosa, pero ¿“Un llamado”? Dios sin embargo, nos llama claramente a influenciar las decisiones, valores y cosmovisión de otros según los parámetros de Él nos reveló en su palabra y por eso nunca podemos conformarnos con fama porque la fama es solamente un medio o una herramienta pero nunca es un fin para un líder o ministerio maduro. Mi peregrinaje En mi propia historia con Dios y aprendizaje como líder, puedo decir que no entendía la diferencia entre perseguir fama o influencia en mis primeros años pero si que luego de entenderlo tuvo una gran repercusión en la toma decisiones en los ministerios que he tenido el privilegio de servir. En estos años de formar sobre todo a líderes de jóvenes a través de Especialidades Juveniles por ejemplo, hemos muchas veces sido infieles a la fama por coquetear con la influencia y a largo plazo, ha sido más satisfactorio que si la meta hubiera sido la fama. Un ejemplo práctico ha sido nuestra tozudez por dejar claro que los eventos masivos de Especialidades Juveniles eran para líderes de jóvenes y NO jóvenes. -Es obvio que hay muchos más jóvenes que líderes juveniles y si lo que se intenta es hacer eventos con grandes números, entonces elegimos el target equivocado.- pero es que lo que queríamos era influenciar el pensamiento de la iglesia en cuanto a la percepción de la pastoral juvenil y no necesariamente hacer eventos masivos. A raíz de esto, no puedo contar la cantidad de veces que dije que no a estar en un evento a donde había miles de jóvenes por estar con 100 o 200 líderes de jóvenes… Y es que la lógica ha sido la siguiente- si le hablo a 10 mil jóvenes en un evento donde hablo 1 hora quizás influencie a varios miles de jóvenes PERO si influencio en serio a mil lideres estoy influenciando al menos a 25 mil jóvenes y de una manera más continua de lo que puedo lograr con una conferencia de una hora. Claro que esos jóvenes nunca van a saber de mí y por eso para ellos la influencia va a ser imperceptible, pero el punto no era ser famoso sino influyente… La influencia no se mide en fans de Facebook o seguidores de twitter y muchas veces es imperceptible para el ojo ingenuo. La influencia tiene que ver con cambiar actitudes, valores, asentar principios, renovar paradigmas y poner de moda nuevas ideas que puede ser que nadie sepa de donde salieron, pero están ahí. Dr. Lucas Leys LiderVisión, Agosto 2013
Posted on: Tue, 13 Aug 2013 03:30:10 +0000
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