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“Fanue”, por Fanue “Fanue” es un escritor cordobés, de Alta Gracia. Nos comenta que “compartir lecturas es otra forma de quererse”. Será por eso que nos envió dos cuentitos inéditos; un selecto regalo para lxs lectorxs de Desterradxs. Nací en Alta Gracia, hace cincuenta años, un 19 de diciembre que cayó en martes; lo cual tal vez explique por qué toda la vida me costó tanto arrancar los lunes. Aprendí a leer cuando tenía cuatro años. “Solito”, decía mi vieja, quien en realidad me había enseñado cómo sonaban las letras. El resto parece haber sido obra de una musa perdida que aquella tarde se sentó a mi lado. No poseo el don de retener con claridad recuerdos lejanos, como sí son capaces de hacer muchas personas que conozco. Sin embargo, una de las evocaciones más vivas que tengo de mi infancia es el haber naufragado con “Robinson Crusoe”, el primer “libro de muchas páginas” al que me aventuré. A tal punto fue fascinante la experiencia de haber transitado por aquel ejemplar de la vieja Colección Robin Hood, que en los casi cuarenta años de lectura que lo siguieron, toda vez que un libro logró cautivarme he vuelto a rememorar, indefectiblemente, aquella maravillosa sensación que viví por vez primera con la obra de Daniel Defoe. Que se te acelere el pulso en cada huida. Que los que te acechan no escuchen tu respiración agitada. Que por fin puedas robarle un beso a la chica. Eso de acompañar al personaje. Eso de ser parte de la historia que se cuenta de a renglones. Por aquella época, pensar que alguna vez iba a llegar a publicar un libro tenía las mismas probabilidades que dejar la huella de mis suelas marcadas en la superficie de la Luna. Pasé por mi adolescencia leyendo, no escribiendo. El deseo de escribir se instaló en mí cuando ya hacía años que me afeitaba el bigote. No tengo presente qué fue lo primero que escribí. En cambio, sí recuerdo el primer relato que compartí en público. Fue pasado los veinte, y me animé a contarlo al aire en un programa de radio que hacíamos junto con un amigo dos veces por semana. Se trataba de una versión libre de una leyenda de mi pueblo que hablaba acerca de la existencia de un monstruo acuático que, se decía, habitaba en el fondo de un paraje del arroyo conocido como La Bateíta. Al día siguiente, varios oyentes del programa me hicieron saber que se habían divertido con el relato, y eso fue lo que me animó a continuar compartiendo mis escritos. Esa vez, los tentáculos del Monstruo de La Bateíta no se habían cobrado la vida de un bañista, sino que se habían prendido del cuello de mi timidez y la habían ahogado ahí abajo. Alguna vez imaginé ser científico. Alguna vez imaginé ser músico. Alguna vez quise ser escritor. No vivo de la escritura. Pero me alimento de ella. Me gustan los días fríos y con sol. Me gusta escuchar música. Me gustan los perros y el canto de los pájaros libres, la mermelada de naranjas y el dulce de leche a cucharadas. Me gusta sentirme acompañado, aunque esté solo. Que sientan que me estoy comunicando, aunque esté en silencio. Me gusta saber que me quedan cosas por aprender. Los que me conocen saben que soy más de escuchar que de hablar. Más de sonreír que de reír. Soy de los que opinan que a escribir se aprende leyendo. Y que compartir lecturas es otra forma de quererse. Soy de los que piensan que la verdadera historia no está escrita. De los que prefieren creer que algunos magos no usan trucos. Soy de los que afirman que el sentido del humor es más saludable que la solemnidad. Soy de los que no le sacan las frutas al pan dulce. Lo que sigue a recuadro, me parece que el autor lo puso para eso… Fanue Es autor de “Los casos del inspector Chunchurreta” y “Los casos del inspector Chunchurreta 2”, libros de aventuras con acertijos para niños a partir de 10 años, publicados por Editorial Sudamericana. Recientemente, ha editado “La tortuga Refulgencia” (Guau Ediciones, 2011), una historia en modo de fábula pensada para reflexionar junto a los niños sobre el tema de la aceptación de las diferencias y la inclusión social. Fuera del rubro infantil, ha publicado “Teorías acerca de la desaparición de Alta Gracia”, un compendio de relatos de ficción donde los caprichos del azar juegan un rol decisivo en la vida de esa localidad. También ha sido humorista gráfico de la revista “Hortensia” y co-realizador del cortometraje “Dos hermanos”, premio ATVC 2004 de la Asociación Argentina de Televisión por Cable. Lo que sigue son dos relatos de él Dos breves relatos, aún no editados El peluquero obediente y el cliente de sueño pesado — ¿Cómo lo quiere? —le preguntó el peluquero, mientras le ajustaba la bata blanca alrededor del cuello. —Usted corte, nomás. Yo le aviso. Dos horas después, la sangre se escurría lenta bajo la puerta del salón y corría espesa por las imperfecciones de la vereda. Los virkyos La nave virkyo se detuvo en una encrucijada de la galaxia. El ser que la comandaba posó su mirada en el mono encerrado en la jaula que colgaba a su lado. El animal se rascaba la cabeza con dedicación, en busca del piojo que lo fastidiaba. El virkyo movió una de sus cinco extremidades para hacer girar la jaula y el mono quedó enfrentado a la ventana que miraba hacia el universo. Luego aguardó con paciencia la señal del primate. Al cabo de un yrkthg (unidad de tiempo que equivale a treinta ratos terrestres), el mono señaló uno de los senderos galácticos. Entonces el piloto apuntó la nave hacia esas estrellas y aceleró. Los virkyos son individuos que no deciden por sí mismos, sino que sus actos son el resultado de los designios de su único dios. Son seres indecisos y monoteístas. Fanue Escritor
Posted on: Sun, 10 Nov 2013 16:36:44 +0000

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