Fuimos a pasar el mes de agosto, a casa de la madre de una amiga, - TopicsExpress



          

Fuimos a pasar el mes de agosto, a casa de la madre de una amiga, con la que compartíamos una hija, aunque todavía no había nacido. La casa era un chalet en la misma cúspide de una alta montaña. Teníamos que subir uno diez kilómetros por una estrecha carretera, entre pinares. Y, después de pasar por una urbanización privada y algunas casas desparramadas, curvas y más curvas, con sus pendientes, se llegaba a uno de los lomos de la montaña, que era un cerro entre cerros que eran paralelos o perpendiculares. Allí arriba, había una masía con su calor humano. Y enfrente de ella, habían construido una calle, con aceras, con los transformadores eléctricos junto a la puerta de entrada a la parcela donde se ubicaba el chalet. El lugar era completamente salvaje, aunque la calle, las aceras, las farolas, las piscinas, las casas y chalets le daban un aire urbano. Cuando uno estuvo allí, disfrutaba de la belleza de los pinos, de los árboles, los pájaros, del silencio, del tórrido sol de agosto cerca del mar Mediterráneo, que se veía en cuanto apenas a lo lejos. Pero, no nos dábamos cuenta que estábamos en una ratonera, pues los incendios eran frecuentes en esas fechas tórridas del verano, como así sucedió en otros lugares cercanos, donde el fuego llegaba a quemar y destruir a las casas. Pues, casi todos los chalets tenían pinos junto a ellos, que los rodeaban. Es decir, si el fuego llegaba desde abajo, sólo había una carretera, que era la calle para subir y bajar, todo lo demás era como una selva de pinos. Debajo de la casa, en la parte trasera ya que estaba construida en una pendiente, había como un pequeño valle, con árboles distanciados unos de otros, todo llano, donde algunas personas tenían allí unas tiendas de campaña. Era un contraste agradable el ver un claro donde los pinos no lo invadían, donde todo el panorama monótono de los pinares no predominaba. Los árboles tenían un verde más claro, parecían más débiles y frágiles que los pinos. Cada pino transmitía su sequedad, su austeridad, su rudeza y fortaleza en el tronco y en las ramas. Los otros árboles eran suaves, sus troncos y la piel más delicada y fina. A los pinos los atacaban unos gusanos, que en cualquier lugar, en cualquier rama, hacían un capullo grande donde se reproducían, debilitándolos, enfermándolos hasta llegar a matarlos. Las personas que vivíamos allí ninguna pensaba en esa posibilidad, vivíamos absortos en lo que teníamos entre manos: en molestarnos lo menos posible. Pues, el campo aunque es tan grande y extenso, al estar deshabitado la relación con los que convives es muy intensa. Además en esos días muchas parcelas, aunque estaban cerradas con vallas, aún no habían construido el chalet o la casa, por lo que no había nadie allí. Todos los días temprano, cuando el sol empezaba a salir, bajábamos con el coche los diez kilómetros, hasta un pequeño pueblo, limpio y a su aire, ya en el llano, cerca del mar, para comprar pan, algo de comida y el periódico, que al dueño del chalet le enviaban cada día por correo a un quiosco determinado, al ser suscriptor. Era un trayecto embriagador, lleno de frescura y el olor a pino y su resina, cuando todo empezaba a funcionar una vez más, un nuevo día. Luego al volver a subir, la belleza seguía ahí con su suavidad matinal, habiendo ya los movimientos de las personas y sus actividades. El día lo pasábamos leyendo, sentados a la sombra, debajo de los árboles, hablando. Cierto día, por la tarde, uno cogió un libro que había en un estante junto a otros, del fraile Francisco de Asís, y empezó a leerlo. Y le dijo a la hija del dueño del chalet, qué le parecía la actitud de ese santo, que todo lo daba. La mujer de mediana edad, se sintió acorralada y empezó a defenderse, alzando la voz, de tal manera que su padre, viejo y sordo, que permanecía siempre en su habitación, salió asustado y sorprendido de ella y le preguntó alarmado a su hija: ‘¿Teresa, qué sucede?’. ‘¿No pasa nada papá?’, respondió la abuela que esperaba a un nuevo nieto del que uno era el padre. Colaboraciones 2013
Posted on: Tue, 30 Jul 2013 10:40:50 +0000

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