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HISTORIA VASCA LA FALSA PROPAGANDA FASCISTA TRAS EL BOMBARDEO A GERNIKA Luis Lúquez Minaberrigaray Universidad Vasca de Buenos Aires Hace muchos años que Ricardo de la Cierva ha intentado escribir la "historia definitiva" de una guerra absurda en un intento más por desprenderse de la cara más pérfida de su nefasto fundamentalismo. Pero, ni él ni los que como él lo intente podrán por mucho que asegure que en el bombardeo, apenas murieron decenas de vascos, que el bombardeo corrió por cuenta y orden de la aviación nazi o que el incendio fue provocado por vascos comunistas y asturianos. El periodista, ensayista e investigador norteamericano Herbert Southworth en su obra magna LA DESTRUCCIÓN DE GUERNICA (editado por Ibérica de Ediciones y Publicaciones en en año 1977) ha dedicado diversos capítulos a analizar las sucesivas contradicciones del falaz De la Cierva, cuya reacción ha sido tan inaceptable como lo dicho y hecho contra Euskadi. Lo ha calificado de "payaso menopáusico y pobre individuo" y hasta de "vendedor de bibliotecas". Con respecto a las 548 páginas documentadas que Southworth ha dedicado a Gernika, presentada como tesis doctoral dirigida por Pierre Vilar en la Universidad de La Sorbona y sancionadas con la máxima calificación académica, lo único que ha podido responder el farsario De la Cueva es lo siguiente: "Recientemente, el polemista Southworth ha publicado un engendro titulada LA DESTRUCCIÓN DE GUERNICA que está totalmente de espaldas a la historia verdadera de lo que ocurrió en esa pequeña aldea de feriantes". No más para este "ariete" usado por el fascismo que ha intentado certificar que en Durango murieron alrededor de treinta personas cuando en realidad el número oficial se aproxima a los trescientos. A Gernika, ha intentado por todos los medios a su alcance adosarle una cifra final de muertos que no supera los doscientos, contabilizando, incluso, heridos. Los informes oficiales del Gobierno vasco, en cambio, estimaron 1650 muertos y casi un millar de heridos, cifra que fue proporcionada por José A. Agirre a Indalecio Prieto en su carta del 11 de junio de 1937. De inmediato, el Consejero de Cultura y Justicia, Jesús maría de Leizaola, declaró que unas 600 personas habían fallecido en los hospitales de la villa y centros asistenciales de Bilbao. No pretendemos competir en cifra, como si maximizar o disminuir el número de crímenes pudiera atenuarles la culpa a los asesinos. Así hubiese muerto un solo vasco, la condena hubiese sido la misma por el solo hecho de pretender avasallar una identidad que por siempre anidará en Los Pirineos, a salvo de imperios y dictadores, la misma que Sabino nos legara...
Posted on: Sun, 28 Jul 2013 11:57:10 +0000

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