Hace 95 años fue fusilado el Zar Nicolás II de Rusia junto a su - TopicsExpress



          

Hace 95 años fue fusilado el Zar Nicolás II de Rusia junto a su familia, entre ellos, Anastasia Zar Nicolás II de Rusia Nicolás II de Rusia (actualmente San Nicolás II de Rusia tras su canonización) (Nikolai Aleksandrovich Romanov, en ruso Николáй Алексáндрович Ромáнов) (San Petersburgo, Rusia, 18 de mayo de 1868 –Ekaterimburgo, Rusia, 17 de julio de 1918) fue el último zar de Rusia. Hijo del zar Alejandro III, gobernó desde la muerte del padre, el 1 de noviembre de 1894, hasta su abdicación el 15 de marzo de 1917, cuando renunció en su nombre y en nombre de su heredero al trono y este pasó a su hermano, el gran duqueMiguel. Durante su reinado vio como el Imperio ruso sufrió una debacle económica y militar. Fue apodado Nicolás, el Sanguinario por los críticos debido a la Tragedia de Khodynka, el Domingo Sangriento y por los pogromosantisemitas que se produjeron durante su reinado. Como jefe de Estado, aprobó la movilización de agosto de 1914 que marcó el inicio de la Primera Guerra Mundial, la revolución y la consecuente caída de la dinastía Romanov. Su reinado acabó con la Revolución rusa, cuando, intentando volver del cuartel general a la capital, su tren fue detenido en Pskov y fue obligado a abdicar. A partir de entonces, el zar y su familia fueron apresados, primero en el Palacio de Alejandro, en Tsárskoye Seló, después en la casa del gobernador deTobolsk y finalmente en la Casa Ipatiev, en Ekaterimburgo. Nicolás II, su mujer, su hijo, sus cuatro hijas, el médico de la familia imperial, un criado personal, la camarera de la emperatriz y el cocinero de la familia fueron ejecutados en el sótano de la casa por los bolcheviques en la madrugada del 16 al 17 de julio de 1918. Este acto fue ordenando por Lenin y por el líder bolchevique Yákov Sverdlov. Posteriormente, Nicolás II, su mujer y sus hijos fueron canonizados como mártires por grupos relacionados con la Iglesia Ortodoxa Rusa en el exilio. Nicolás era hijo de zar Alejandro III de Rusia y de la zarina María Fiódorovna Románova, nacida princesa Dagmar de Dinamarca. Sus abuelos paternos eran el zar Alejandro II y la zarina María de Hesse-Darmstadt. Sus abuelos maternos eran el rey Cristián IX de Dinamarca y la princesa Luisa de Hesse-Kassel. Nicolás tenía tres hermanos menores: Alejandro (1870-1896), Jorge(1871-1899) y Miguel (1878-1918) y dos hermanas menores: Ksenia (1875-1960) y Olga (1882-1960). Por parte materna, Nicolás era sobrino de varios monarcas, incluido el rey Jorge I de Grecia, el rey Federico VIII de Dinamarca, la reina consorte Alejandra de Dinamarca y de Thyra de Dinamarca, princesa de Hanóver. Nicolás se convirtió en zarevich tras el asesinato de su abuelo Alejandro II el 13 de marzo de 1881 y el posterior ascenso al trono de su padre, Alejandro III. Por razones de seguridad, el nuevo zar y su familia se mudaron del palacio de Invierno, en San Petersburgo4 a su residencia en el palacio de Gátchina, fuera de la ciudad. Nicolás y sus hermanos tuvieron una educación estricta: dormía en duras camas plegables y sus habitaciones apenas tenían muebles, salvo un icono religioso de la virgen con el niño rodeado de perlas y otras gemas. Su abuela María introdujo costumbres inglesas en la familia Romanov: gachasen el desayuno, baños fríos y abundante aire fresco. El zarevich fue educado por tutores que le enseñaron idiomas (francés, alemáne inglés), geografía, danza y otras materias. El consejero de su padre y su antiguo tutor Konstantin Pobedonostsev, enfatizaba mucho en la absoluta autocracia del zar. Como muchas personas de su época, escribía un diario donde apuntaba los detalles de su día a día. Sus páginas están llenas de pormenores sin importancia, sobre juegos con sus amigos, la temperatura exterior, las distancias recorridas, entre otros. En mayo de 1890, algunos días antes de cumplir 22 años, anotó: «Hoy definitivamente ha terminado mi educación». En octubre de ese mismo año, acompañado por su hermano Jorge, viajó porEgipto, la India y Japón. Ese viaje fue organizado por su padre, Alejandro III, para completar la educación formal de Nicolás y darle la oportunidad de experimentar la vida fuera de San Petersburgo y del palacio. Mientras estaba en Japón, sobrevivió a un intento de asesinato. Aunque Nicolás participaba en reuniones del Consejo Imperial, sus obligaciones eran limitadas hasta su subida al trono, que no se esperaba tan pronto, pues su padre apenas tenía 49 años. Contrariamente a los deseos de sus padres, Nicolás se casó con la princesa Alejandra, cuarta hija del gran duque Luis IV de Hesse-Darmstadt y la princesa Alicia del Reino Unido. Sus padres pretendían que se casara con la princesa Helena de Orleans, hija del conde de París, lo que estrecharía las relaciones entre Rusia y Francia, pero desistieron debido a su insistencia. Asesinato y desaparición del zar y su familia Lenin y sus seguidores ingresaron al territorio ruso mediante la ayuda de Alemania quien les dio amplias facilidades para hacerlo, de este modo, Alemania juzgaba con justa razón que Lenin provocaría el derrocamiento del débil gobierno provisional y la rendición de las fuerzas rusas para de este modo enfocar sus fuerzas en occidente, cosa que ocurrió con el Tratado de Brest-Litovsk, y poner en fuga a Kérenski. Al triunfar la Segunda Revolución rusa en octubre de 1917, en la que los bolcheviques —liderados por Lenin— derrocaron al gobierno de Kérenski, el Soviet Central a cargo de Yákov Sverdlov, un personaje perteneciente al círculo íntimo de Lenin, y quien estaba a cargo administrativamente del destino del zar, ordenó primero el traslado a Moscú del emperador depuesto; pero luego se instruyó el traslado de la familia imperial a Ekaterimburgo, que se hallaba bajo control del Soviet de los Urales con apoyo del Ejército Rojo. El gobierno alemán había propuesto al Soviet que el emperador refrendara el tratado de paz, pero como segunda intención oculta era negociar la libertad de Nicolás II para posteriormente poder reimplantar el régimen monárquico ya que Alemania se había dado cuenta que la revolución socialista mundial proclamada por Lenin pronto llegaría a las masas populares alemanas. Por esa razón se le había intentado enviar a Moscú en un primer momento. El Soviet, al tanto de estas maniobras y temeroso de lo que implicaba la intención, tomó las providencias para que jamás se volviera a instalar el zarismo en Rusia. El 4 de julio de 1918, ante el avance de la Legión Checoslovaca hacia la ciudad, se temió que estas tropas liberasen a la familia e intentasen restaurar el régimen del zar. Filipp Isaevich Goloshchekin, quien presidía el Soviet de los Urales, se apersonó apresuradamente en Moscú con Sverdlov y planteó el asesinato y encubrimiento ante este último; Sverdlov consultó a la alta cúpula del Soviet Central y la orden fue dada. Un escuadrón de la policía Cheka al mando de Yákov Yurovski relevó a la guardia de la casa, y el 16 de julio recibió la orden del Soviet de los Urales de fusilar a toda la familia. La planificación misma del magnicidio in situ fue hecha por Yurovski, quien se reservó el derecho de disparar primero sobre el “verdugo coronado” como se le llamaba a Nicolás II; aparte de Yurovski, la camarilla la componían, Piotr Ermakov y Gregoy Nikulin, todos miembros y asesinos probados de la Cheka. Un subordinado de Goloshchekin, Piotr Ermakov quien tenía el control del campesinado delUral, tenía la función de eliminar toda evidencia del asesinato no pudo conseguirse los dos camiones de transporte requeridos hasta el día siguiente. Ermakov además de participar en el pelotón, haría encender los motores de ambos vehículos para ahogar el ruido de los disparos. El escuadrón estaba compuesto por doce hombres, siete de los cuales eran ex-combatientes húngaros, a cada uno de ellos se les asignó una víctima; dos de ellos se negaron a disparar sobre mujeres y al menos uno de ellos fue deshechado y reemplazado por Ermakov. Los miembros del escuadrón eran Gregori Nikulin, asistente de Yurovsky, Piotr Ermakov asistente de Goloshchekin, Piotr Medveyed, S. Vaganov, Andreas Vergasi, Laszlo Horvath, Víctor Griinfeldt, Imre Nagy, Emile Fekete, Anselm Fischer e Isidor Edelstein. En la medianoche del 17 de julio el zar junto a los integrantes de la familia fueron llevados al sótano de la Casa Ipátiev donde fueron fusilados, junto a algunos sirvientes cercanos, un médico leal e incluso el perro del niño. El pretexto era que se les iba a tomar una fotografía antes de partir; o se les iba a trasladar. Nicolás II colocó al heredero en sus rodillas mientras tomaba asiento junto a la zarina, las hijas se sentaron atrás y los sirvientes y el médico a los costados, de pie. Pasaron unos instantes y repentinamente entró Yákov Yurovski con revólver en mano y 17 soldados armados con fusiles a la bayoneta. Cuando Yákov Yurovski levanta el revólver y declara al zar que el pueblo ruso le ha condenado a muerte, el zar alcanza a balbucear: -” que?”- y le dispara casi a quemarropa. El zar cae instantáneamente muerto, la zarina se alcanza a incorporar haciendo la señal de la cruz y gritando, es muerta de un disparo en plena boca por Yurovski y seguidamente los fusileros realizan una descarga cerrada al resto de la familia. Las hijas, que llevaban corsés apretados y además en su interior estaban cargados con joyas, no mueren inmediatamente y son rematadas a la bayoneta. Anastasia, murió rematada a bayonetazos realizados por Ermakov. El zar murió con 50 años recién cumplidos. El zarevich sobrevivió a la primera descarga y fue muerto por Yurovski en el remate de moribundos disparándole dos veces a la altura del oído. Una de las sirvientas que no recibió la primera descarga es perseguida dentro de la habitación y rematada a bayonetazos, e incluso la mascota es muerta de un disparo. Posteriormente los cuerpos son llevados en camiones y depositados en una mina abandonada. Al día siguiente, Yurovski, temiendo que el rumor sobre el fusilamiento indujera a recuperar los cuerpos, ordenó su traslado y destrucción de los cadáveres por fuego y ácido y arrojarlos a piques de otras excavaciones, ubicadas 12 km fuera de la ciudad, en la mina que se llama “los cuatro hermanos”. Relato de uno de los ejecutores Para la ejecución se seleccionaron doce hombres con revólveres. Dos de ellos se negaron a disparar contra las mujeres. Cuando llegó el vehículo, todos dormían. Al despertarlos se les explicó que debido a la intranquilidad existente en la ciudad, era necesario trasladarlos del piso superior al inferior. Demoraron media hora en vestirse. Abajo habíamos vaciado una pieza que tenía un tabique de madera estucado, para evitar el rebote. La guardia se encontraba en disposición combativa en el cuarto vecino. Los Romanov no sospechaban nada. El comandante fue a buscarlos en persona y los condujo hacia la pieza. Nicolás llevaba en brazos a Alexis, los demás llevaban almohadillas y otras cosas pequeñas. Al entrar en la habitación vacía, Alejandra Fiódorovna preguntó: “Cómo, ¿no hay ninguna silla? ¿Ni siquiera podemos sentarnos?” (Según el relato de Yurovski, se trajeron dos) Nicolás puso en una a Alexis y en la otra se sentó Alejandra Fiódorovna. A los demás se les ordenó formar una fila. Hecho esto, llamaron al comandante. Cuando este entró, dijo a los Romanov que, como sus parientes en Europa continuaban la ofensiva contra la Rusia soviética, el Comité Ejecutivo de los Urales había decretado fusilarlos. Nicolás se volvió de espaldas, de cara a su familia, y luego, como recobrándose, se volvió y preguntó: “¿Qué, qué?”. El comandante repitió la explicación y ordenó al comando que se preparara. Cada uno sabía de antemano contra quién iba a disparar. La orden era apuntar al corazón para evitar el derramamiento de mucha sangre y terminar más rápido. Nicolás no dijo una sola palabra más, de nuevo se volvió cara a su familia, otros lanzaron exclamaciones incoherentes. Luego comenzaron los disparos, que duraron dos o tres minutos. Nicolás fue muerto por el mismo comandante a quemarropa. Luego murieron Alejandra Fiódorovna y su séquito. En total fueron fusiladas doce personas: Nicolás, Alejandra Fiódorovna, su hijo Alexis, sus cuatro hijas: Olga, Tatiana, María y Anastasia – el doctor Botkin, el criado Trupp, el cocinero Tijomírov, el perro de la familia, otro cocinero y una camarera cuyos nombres el comandante no recuerda. El hallazgo de los cuerpos En 1979, los historiadores Aleksandr Avdonin y Geli Riábov hallaron la posible tumba de la familia imperial en el bosque de Koptiakí. Temiendo informar del descubrimiento, no lo hicieron público hasta años después. El 12 de abril de 1989 los periódicos informaban del hallazgo. La tumba no fue abierta hasta 1991 por las autoridades soviéticas, hallando en su interior nueve cuerpos. Mediante el examen de los esqueletos, los científicos soviéticos concluyeron que faltaban los cuerpos de Alexis y la Gran Duquesa Anastasia. Las identificaciones de los esqueletos fueron confirmadas posteriormente mediante análisis de ADN. Con su asesinato (ningún juez o jurado le condenó a muerte, ni ordenó su ejecución) por el movimiento revolucionario de losbolcheviques, durante la Segunda Revolución rusa se extinguió la dinastía Romanov. Está enterrado desde 1997 en la Catedral de San Pedro y San Pablo en San Petersburgo junto con el resto de la familia imperial y de los demás zares rusos. En 2007 se anunció el descubrimiento de los cuerpos de Anastasia y Alexis, que, tras realizarles las pruebas de ADN, serán enterrados junto a sus padres y hermanas. Canonización En 1981, la Iglesia Ortodoxa Rusa en el exilio canonizó a los integrantes de la familia Romanov, una decisión refrendada en agosto de 2000 por el sínodo de la Ortodoxia Rusa. Desde 1998 sus restos reposan en la Catedral de San Pedro y San Pablo de San Petersburgo. El entierro de los restos mortales de la familia real dio pie a debates en medios políticos y religiosos. Pese al examen pericial genético que corroboró la autenticidad de los restos reales descubiertos, tanto la Iglesia Ortodoxa Rusa como los poco numerosos monarquistas de Rusia se niegan a reconocer que en la Fortaleza de San Pedro y San Pablo fueron enterrados justamente Nicolás II y sus familiares. A la luz de este hecho, la decisión tomada por los Jerarcas de la Iglesia Ortodoxa Rusade canonizar a Nicolás II (Romanov) parece algo contradictoria. Según las tradiciones de la Iglesia Ortodoxa Rusa, existen determinadas condiciones a las que deben responder los candidatos a la canonización. Por ejemplo, sus restos deben curar y del icono debe emanar crisma. La Iglesia parece haber tenido sus razones para declarar santa a la familia real. Algunos piensan, por ejemplo, que la Iglesia Ortodoxa Rusa hace cierta concesión a la Iglesia Rusa en el extranjero que había canonizado a Nicolás Segundo hace como veinte años. Según afirma el clero, el Zar fue canonizado debido a su “resignación y docilidad frente al martirio”. Según piensan los prelados, la decisión de canonizarlo debe traer paz a las almas de los habitantes de Rusia y reconciliarlos con el pasado del país. Pero no fue así. Los sondeos de opinión muestran que la población se ha dividido más o menos en dos partes iguales. Una mitad cree que Nicolás Segundo merece ser canonizado, mientras que la otra mitad tiene una opinión distinta. Los partidarios de la canonización piensan que Rusia es culpable ante el ungido por haber acogido con indiferencia su ejecución en 1918 y ahora debe expiar esta culpa. Los adversarios de la canonización dicen que el Emperador no era un santo. Nicolás Segundo bebía y fumaba, asistía a funciones espiritistas, le gustaba cazar cornejas, todo lo cual dista de corresponder a la imagen de un santo. En cuanto al martirio del que había caído víctima, en el período de 1917-1953, bajo el régimen bolchevique, en Rusia fueron ejecutados no sólo el último Emperador sino también millones de otros seres humanos.
Posted on: Thu, 18 Jul 2013 01:01:50 +0000

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