Hace un rato, revisando cosas antiguas, me di cuenta de que hay hechos en mi vida de los que me en verdad me arrepiento. Recordarlos no es una tortura ni mucho menos, pero seguro hay algunos capítulos a los que les aplicaría tranquilamente el botón “delete”. ¿Para qué? para ahorrarme ciertos malos ratos o situaciones que sólo fueron un disgusto y que a la larga no aportaron nada en mi vida. Reconozco que hay muchos hechos que fueron necesarios vivir para comprender diversas lecciones de vida (y sin duda me quedan muchas más) y de ellos no puedo deshacerme (ni lo haría), a pesar de que quizás no fueron del todo amenos para mi. Pero si hay palabras, gestos, frases, actitudes, decisiones, personas, relaciones, amistades, confidencias, de las que no me arrepiento de decir “me arrepiento”. Hay muchas personas que se enorgullecen al decir “yo no me arrepiento de nada”, como si el hecho de arrepentirse fuera un pecado mortal. Yo pienso que es un derecho y una situación humana súper válida; todos nos podemos sentir arrepentidos de algo en algún momento de la vida y eso no tiene por qué ser condenado. A mi modo de ver, atreverse a decir “me arrepiento” no debería ser motivo de arrepentimiento.
Posted on: Sat, 21 Sep 2013 22:02:33 +0000
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