Hay gente que insiste que las instituciones del Estado lo que necesitan es ser administradas como empresas para que funcionen. Pero la realidad es que estas instituciones no son y nunca serán empresas, y mucho menos eficientes. La gran diferencia es que las empresas son eficientes porque su necesidad está determinada por las preferencias espontáneas del mercado, y no por la determinación arbitraria de necesidades, producto de la negociación política. La única manera de satisfacer las necesidades espontáneas de la gente, es a través un mercado regulado exclusivamente por la brutal, pero dinámica competencia.
Posted on: Sat, 26 Oct 2013 02:36:08 +0000
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